Ximena Peredo / Ruta 23

AutorXimena Peredo

"Piensa en Dios", las letras rojas en el calce del espejo retrovisor. Espejo que sirve al chofer para ver el contenido del camión. Desde éste persigue con la mirada a quienes no han pagado o insulta a quienes se bajan sin pagar.

Siempre me interesan los rostros de choferes. Miro su reflejo desde mi lugar. Odia su trabajo. Nos odia. Es bien correspondido.

De ida voy pensando en los años que tendrá la unidad en la que viajo. ¿Veinte? Me transporto a los 80, cuando seguramente daba gusto verlo pasar de tan nuevo y moderno. Entonces las bancas habrían sido un digno escenario para un ligue. Ahora no. Las ventanas están cochambrosas y selladas. Sólo se abren tres. El calor se agazapa sobre ellas y me hace recordar que mi parada es la última o la penúltima.

De regreso, soy parte del montón que espera la aparición del camión casi con fervor. Son las seis de la tarde y nadie sabe de él. Se desprende entonces su imagen, como si bajara del cielo. Nos levantamos los sentados y junto con los parados nos arremolinamos. Levantamos la mano para hacer la parada. Aunque con la seña de una señora bastaría, no podemos escatimar en esfuerzos. A todos nos urge regresar. Pero el camión no se detiene. Pasa veloz.

Nos sentamos de nuevo. Me quejo y se quejan. Cuánto faltará para que pase el próximo. Qué méndigo chofer que no se paró. Que nos vayamos a otra parada más arriba. Pienso en fumarme un cigarro. Pido fuego. El promotor de la otra parada es quien se acerca con un encendedor. Me dice nada más a mí que nos vayamos. Yo me río y me confieso muy floja para andar cuesta arriba. El señor se conforma porque aparece como gota del cielo el camión.

Nos apretamos para hacernos menos. Todos hacemos la parada. El camión no se detiene. Nadie habla. Ya no es cómico. Pero mi mamá me enseñó a destrabar las crisis platicándolas, así que le pregunto a la señora de las pantimedias vencidas cuántos más camiones tiene que tomar para regresar a casa. Me contesta con los dedos: dos. Hace hora y media de camino, aunque a veces, podría hacer una hora más. En...

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