Ximena Peredo / ¿Quién se robó mi parque?

AutorXimena Peredo

El Gobierno del Estado anunció que en septiembre ingresará en el Congreso una iniciativa para que los parques estatales (La Huasteca, La Estanzuela, La Pastora, Cola de Caballo, entre otros) queden bajo la administración del Consejo Administrativo del Parque Fundidora. ¿Por qué?

"La idea principal es que no por ser espacios públicos es responsabilidad exclusiva del Gobierno mantenerlos", dijo el presidente de este Consejo, Artemio Garza.

"Los parques van a tener la manera de lograr una autosuficiencia con el paso del tiempo... (se logrará) convocando a la comunidad, a los empresarios, que se sumen al esfuerzo del Gobierno y desarrollemos una red de benefactores", afirmó Garza a EL NORTE.

El Parque Fundidora recibió 25 millones de presupuesto estatal en el 2016, el año pasado sólo recibió 7 y en el 2018 no recibe nada. Se sostiene con las cuotas de estacionamiento, con la renta del parque para festivales y con las concesiones de los negocios que ahí operan.

Esta supuesta sostenibilidad financiera es tildada como un gran éxito que quieren replicar en otros parques.

En mi opinión, por el contrario, ésta es la peor política de parques que podría implementarse y el ejemplo más claro es precisamente el Parque Fundidora, en donde se juzga el éxito en pesos y centavos -necesarios, sí, pero no lo es todo-, en vez centrarse en el servicio comunitario que presta.

Fundidora es un parque muy bello, eso no está en duda. El problema es que desde hace tiempo descuida lo importante: sus usuarios.

Los bebederos llevan décadas sin funcionar, el área de juegos infantiles es una desgracia -y prácticamente han eliminado la mitad-, los puestos de comida chatarra abundan y son carísimos. Con todo, seguimos asistiendo no sólo porque es bello, sino porque "es lo que hay".

Perdonamos todo porque lo necesitamos. Es un respiradero. Nos regresa el ánimo. Y ojo: produce mucha riqueza porque nos ofrece un rato de convivencia y descanso que nos permite reintegrarnos con energía al trabajo. En este sentido, es un espacio altamente productivo.

Pero ¿qué sentimos cuando vamos y el Parque está tomado por 100 mil personas, la mayoría bebiendo cerveza, con un ruido insoportable?

¿Qué sentimos al llegar y encontrar que está lleno de basura y el pasto...

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