Ximena Peredo / No son los autos

AutorXimena Peredo

Estimados automovilistas, tengo que rectificar un error. No son los autos, como lo había venido creyendo, la principal fuente de contaminación de nuestro aire.

Es verdad que representan el 45 por ciento del monóxido de carbono, pero de eso no está enferma la Ciudad, sino de partículas suspendidas. Los autos apenas constituyen el 3 por ciento de estos finísimos polvos que nos tienen enfermos.

En otras ciudades, con índices altos de ozono, el auto sí es un problema. En la zona metropolitana el indicador que tenemos disparado es el de partículas suspendidas menores a 10 micras (PM10), seguido por las PM2.5.

Pero, ¿de dónde salen, si sólo el 3 por ciento de éstas se adjudican a las fuentes móviles, es decir a los vehículos automotores (esto según el Inventario Nacional de Emisiones)?

¿Por qué a las 6 de la mañana tenemos mala calidad del aire en casi toda la Ciudad cuando estábamos dormidos?

Una imagen dice más que mil palabras. Hay un video en "time lapse" (puede verse en elnorte.com/nocturna) con varias panorámicas nocturnas de la Ciudad que evidencian las emisiones industriales que convierten en un coctel tóxico las primeras bocanadas diurnas.

La industria es la principal emisora de partículas menores a 2.5 micras, las más peligrosas y, por cierto, las que menos se monitorean.

Esta situación podría mejorar drásticamente con dos cambios: uno, la eliminación de combustibles altamente contaminantes como la quema de llantas -usado por cementeras-, coque, combustóleo y diesel y su reemplazo por combustibles menos dañinos; y dos, auditorías ambientales permanentes porque existe la fundada sospecha de que por la noche, mientras nadie los ve y para bajar sus costos de producción, apagan sus equipos anticontaminantes, como las bolsas de filtrado.

Las PM10, que es el indicador totalmente disparado, provienen en su mayoría de las fuentes conocidas como de área, y que son producto de remoción de suelo vegetal (desmontes), explosiones de pedreras, tierra.

En esto tiene una enorme responsabilidad la industria de la construcción y de la vivienda, pues es práctica común que desmonten gigantescas extensiones dejando el suelo descubierto durante meses o incluso años. Pero también la laxitud en los permisos de remoción vegetal otorgados por la Semarnat, y de...

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