Ximena Peredo / La lección del Gólgota

AutorXimena Peredo

Hace casi 2 mil años, un hombre fue ejecutado de manera ilegal por sus autoridades religiosas en complicidad con el gobernador quien, pudiendo evitar el crimen, decidió lavarse las manos.

Eran épocas remotas (ajá), en las que el poder religioso y el político se cuidaban mutuamente las espaldas para conservar su dominio.

Al joven, que terminaron por crucificar, se le acusó de creerse Dios aunque su real delito fue incomodar al poder.

Jesús fue torturado y asesinado en el monte Gólgota precisamente en un día como hoy por, básicamente, convertirse en un enemigo público para las autoridades de su tiempo.

Llevaba tres años denunciando, con extrema diplomacia, la doble moral de la sociedad.

Su objetivo era una renovación moral, en el sentido más amplio. Nunca habló de derrocar a Roma ni a la élite ultraconservadora que administraba el negocio de la fe.

Al margen de nuestra postura confesional ante este hombre revolucionario, hoy es una buena ocasión para observar cómo los poderes hostigan e, incluso, asesinan a las personas que les resultan incómodas.

Pensemos en Jesús como un activista de su tiempo y advirtamos lo poco que ha servido conmemorar su crucifixión para condenar las prácticas represivas de quienes, supuestamente, están para servirnos.

En estos momentos pienso en Rocío Montalvo, cuyo liderazgo ha logrado detener por ocho meses un aumento de hasta 40 por ciento a las tarifas del transporte urbano en la Ciudad.

Obligar a transportistas y Gobierno a escuchar la voz de los usuarios no ha sido nada fácil: 60 días de plantón en la Explanada de los Héroes, un desalojo con violencia, la detención de ocho personas, entre éstas ella, el pago de 19 mil pesos para salir libres; nueve marchas, muchas protestas, gestiones, enfrentamientos.

Cuando la vimos denunciar y movilizarse levantamos una ceja y sospechamos que tuviera algún interés oscuro, o fuera pagada por alguien. Así somos.

Toda apatía puede encontrar un buen relato para justificarse, y nosotros encontramos en la sospecha, en el miedo a "comprar pleito", razón suficiente para abandonar a su suerte a las pocas personas que están luchando en nuestra Ciudad por los derechos en común.

Sabiendo esto, el Gobernador, el Secretario de Gobierno y Jorge Longoria, titular de la Agencia Estatal de Transporte, en...

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