Ximena Peredo / Golpe en la mesa

AutorXimena Peredo

Lo primero aplaudible en la requisa de Ecovía y en la suspensión de las pedreras es que el Gobierno interrumpió el poder de la inercia.

Es decir, vimos suspendida (al menos temporalmente) la comedia política de "te acuso, pero te protejo con mi inacción".

Ahora bien, son dos fuegos provocados en un mismo acto, pero que arden distinto.

El dilema frente a las pedreras encapsula grandes preguntas que retratan el momento filosófico más acuciante de nuestra civilización, y que la Secretaría de Desarrollo Sustentable debe resolver: ¿cuándo parar de producir?

La lógica indica que si el medio ambiente -nuestros cuerpos incluidos- demuestra ser incapaz de digerir los contaminantes que la producción genera, ésta debe limitarse.

Pero resolver esto no será fácil. Porque mientras que la industria pedrera tiene una importante representación política, y ya declaró que sus operaciones generan inversiones diarias de 200 millones de pesos, los habitantes, infrarrepresentados, tenemos datos de alarma que se evaporan en lo indescifrable: 68 partículas suspendidas menores a 10 micras en cada metro cúbico de aire (350 por ciento arriba del límite que recomienda la OMS). ¿Qué significa esto?

Abrir la discusión a otras claves, más allá de la monetaria o de la especializada, es reconocer en el radar la voz y experiencia de los afectados. Sin esta participación no se interrumpe la injusticia ambiental.

Por eso, si la limpieza del aire va en serio, la Secretaría de Desarrollo Sustentable, debió -debe- sentar en la misma mesa de negociación -con Periscope de por medio- a los pedreros y a sus vecinos, caso por caso, para, en cada contexto, tutelar el bien superior.

En cuanto a la Ecovía. Los corredores de transporte público rápido, conocidos como BRT, tienen inicios complicados porque trastocan toda una realidad establecida, con sus relaciones de poder, pero también de vida cotidiana. Sin embargo, pese al costo político de sacar cientos de camiones de circulación, han demostrado ser apuestas favorables, salvo, claro, cuando terminan operándose mal.

Importa distinguir una mala ejecución de un mal proyecto. Mudarnos a un transporte limpio y eficiente...

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