Ximena Peredo / Exceso de sacrificios

AutorXimena Peredo

En la fila del supermercado, veo que mi mamá echa "sordeadamente" a su carrito un bote de galletas con decoración de calaveras, calabazas, fantasmas. Por primera vez veo el etiquetado de advertencia: se me salen los ojos.

¿Le vas a regalar a tu nieta exceso de calorías, de azúcar, de grasas trans?, la provoco. ¡Ay, hoy todo hace daño!, me reta. ¡Pero mamá!, quise decirle...

A las horas, mi hija vio aquel bote lleno de sellos negros y se asustó. Sólo se ha comido una galleta desde que llegaron a casa.

Si el etiquetado sirve o no, lo sabremos si la obesidad se reduce, pero estos octágonos fueron mucho más efectivos para la consumidora final que el antiguo etiquetado de globos, el GDA (guías diarias de alimentación), que nadie entendía.

De hecho, según un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública del 2011, apenas el 1.8 por ciento de los estudiantes de nutrición pudieron interpretarlo bien.

Ese antiguo etiquetado fue muy defendido por la industria de los alimentos procesados y ultraprocesados porque, efectivamente, no redujo el consumo de sus productos, ni generó discusiones.

Anna Cecilia Carrasco, maestra en educación clínica y educadora en diabetes, a quien consulté sobre este tema, ofreció muchos cursos para aprender a leer este etiquetado engañoso. Porque, por ejemplo, una bolsa de frituras podía decir que no contenía azúcar, lo cual emocionaba a las personas con diabetes, sin embargo, sí contenía carbohidratos.

De esta forma, y con empaquetados con "halo de saludable", me comenta Carrasco, tuvo que desilusionar a muchas personas que comían barras nutricionales envueltas en paquetes con ilustraciones de semillas, campo, granos, pero que, en realidad, resultaban una bomba de azúcares añadidos para diabéticos ingenuos.

"Era una injusticia", reclamó.

Ahora, con estos espantosos octágonos -sellos- que advierten la presencia de cinco nutrimentos críticos (calorías, sodio, grasas saturadas, grasas trans y azúcar) se advierte que hay un riesgo, aunque, ciertamente, no queda clara su gravedad. Quizá si en esos octágonos hubiera un segundo indicador sería más probable que las empresas mejoraran sus fórmulas para no espantar al consumidor.

Hoy muchas de las prácticas que por décadas se expandieron sin...

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