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Ximena Peredo / Dos elefantes

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Vincent
AutorXimena Peredo

Un líder religioso casi rockstar, con vínculos públicos con la élite política, rodeado de dinero, acusado de 14 delitos graves, entre ellos violaciones sexuales, tráfico sexual y pornografía infantil, el líder de la Iglesia La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, permanece preso en California.

La reacción que hoy está teniendo la Iglesia La Luz del Mundo de acusar de difamación e incluso de una campaña orquestada por el diablo contra su líder, a quien llaman "apóstol de Jesucristo", la conocemos de sobra. El fanatismo es un tipo de amparo ciego, muy común en religiones, aunque, por desgracia, también en política.

Pero esta historia ya la habíamos visto (Marcial Maciel podría ser su par en el catolicismo) y, por desgracia, religiosos de todas las denominaciones, aunque no famosos, siguen desgarrando la vida de personas y sus familias todos los días.

El problema, entonces, más que de individuos, es de estructuras subyacentes.

Una: la autoridad piramidal; y dos: la represión sistemática de la sexualidad.

Ambas se viven cotidianamente en todas las instituciones, en todos los niveles. Usted y yo las padecemos. Son transversales a nuestra civilización y temo que, sin revisarlas a conciencia, nos vulneramos todos, pero especialmente las niñas y niños, cuya voz casi nunca se respeta ni se escucha.

La pederastia no distingue profesiones ni credos. La mayor parte de estos crímenes, como sabemos, suceden en la familia, sin embargo, cuando al pederasta lo protege un gran poder -llámese popularidad, dinero, autoridad religiosa o familiar- la víctima se advierte insignificante. No se atreve a revelar su "secreto" por el terror a la represión.

Gracias al valor de las víctimas y a sus acompañantes el poder de la Iglesia fue minado. Así la pederastia clerical dejó su antiguo caparazón de tabú para convertirse en un crimen cada vez más repudiable, al punto de que el Estado Vaticano se vio obligado a reconocer la problemática de depravación sexual y, sobre todo, de encubrimiento de estos crímenes.

El mes pasado, el Papa Francisco publicó una normativa, un motu proprio, titulado "Son la luz del mundo" (el nombre es una extraña coincidencia) en la que...

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