Ximena Peredo / El dilema de la CIDH

AutorXimena Peredo

El "Reporte Ayotzinapa" fue un tanque de oxígeno para los familiares de las víctimas y todos los mexicanos asfixiados por la impunidad.

Sin embargo, al devolver la investigación al Estado mexicano con el sello de "inaceptable" y la instrucción de hacerla otra vez, el oxígeno se corta, la esperanza se contradice.

De los resultados presentados por el grupo de expertos independientes (GIEI) creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no puede concluirse que la PGR actuó negligentemente, sino con dolo.

El entonces Procurador Jesús Murillo Karam inventó el caso de atrás hacia delante, volviendo el centro del asunto al basurero de Cocula, donde ya quedó comprobado que no fueron calcinados los normalistas; manipulando pruebas, escondiendo elementos -como el quinto autobús- y arrancando confesiones bajo tortura.

Gracias al trabajo del GIEI hoy sabemos que Murillo omitió reportar la coordinación del ataque masivo desde el C4 y desde una casa de seguridad en el centro de Iguala. Fue peor, el Gobierno de la República negó la participación del Ejército, y de los policías ministeriales estatales y federales, siendo que estos últimos escoltaron al quinto autobús.

El derrumbe estrepitoso de la teoría del caso que sigue defendiendo la PGR y el Gobierno federal es señal inequívoca de que no estamos frente a una simple falta de pericia, sino de complicidad.

La hipótesis que nos ofreció el GIEI sobre el trasiego de goma de opio de Iguala a Chicago en autobuses comerciales ofrece un elemento verosímil para entender el desquiciamiento feroz de policías, ministeriales y soldados la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre.

La actuación coordinada de estas corporaciones fue probada plenamente en este informe, por lo tanto, lo que sigue es entender el móvil: ¿qué desató a los demonios? ¿Acaso trabajaban/trabajan los policías federales y municipales, los agentes ministeriales y los miembros del 27 Batallón en el negocio de la droga?

La duda está más que fundada, fue colocada con serenidad y certeza, después de seis meses de investigaciones periciales y entrevistas a los testigos.

Al parecer, al tomar los autobuses los estudiantes, sin saberlo pusieron en riesgo el negocio de un poder descomunal, capaz de dar órdenes a...

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