Ximena Peredo / 11/12/13

AutorXimena Peredo

Esto que siento no es enojo, ni desprecio. Es uno de esos sentimientos sin nombre, es una tristeza del pensamiento. Es la certeza de que vamos hacia el fondo. Desde este sentimiento que duele, escribo: el 11 de diciembre de 2013 fueron aprobadas las reformas constitucionales para permitir a la iniciativa privada participar de la extracción y explotación de hidrocarburos en México.

El sistema es perfecto, dicen por ahí. Todos "los actores" hicieron bien su trabajo, pero algunos fueron impecables. Los "coyotes" de cuello blanco, medios de comunicación -especialmente la televisión comercial-, la izquierda nacida para perder. Amanecimos ayer con la noticia de una reforma "fast track" y con las imágenes del zafarrancho, del desorden de quienes siempre terminan retratados como "los violentos".

Me parece muy duro que el bienestar de una enorme mayoría sea sacrificado para salvaguardar "el derecho a adrenalina", el gusto por los negocios o las excentricidades, de un puñado de individuos. Pero quizá lo más desesperante es la evidencia de una sociedad mexicana distraída, despolitizada, desinformada. La discusión que ameritaba abrir la explotación privada de hidrocarburos fue silenciada de muchas formas, pero la más elemental es la falta de información.

Detrás de la cortina de asuntos frívolos, México está siendo saqueado por varios frentes al mismo tiempo. En principio por mineras extranjeras, especialmente canadienses. En 12 años la producción de oro aumentó en 277 por ciento, de 23.5 a 88.6 toneladas, mientras que la de plata se incrementó 84 por ciento. ¿Los titulares? "Vive México 'boom' minero", "Tiene México récord en oro". ¿México, o los dueños de las concesiones?

Lo que dejan a cambio las mineras trasnacionales es ridículo, apenas un 1.18 por ciento de lo que extraen (esto de 2005 a 2010, según datos de la Auditoría Superior de la Federación), pero eso definitivamente no es lo peor.

El costo más alto que pagamos por esta febril explotación es la contaminación del ambiente y los riesgos a la vida de los trabajadores y de las poblaciones en donde están instaladas...

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