¿Gusta un biberón de vino, madame?

AutorCecilia Núñez

Aquí no es necesario pedirle al mesero un poco más de vino: hay que chillar una vez si quieres tinto y dos si se te antoja el blanco.

Además del exquisito fondue de queso y los cortes de carne, la especialidad de Le Refuge des Fondues es servir abundante vino, pero en mamilas de cristal; sí, de esas que usan los bebés.

Ser lúdico es la filosofía de este bistro de ambiente íntimo y desenfadado, que no podría estar en mejor lugar: el pintoresco barrio de Montmartre, en el distrito 18 de París.

Los sibaritas más ortodoxos dirían que servir vino en biberón es una aberración, que se tiene que presentar en copa para apreciar su aroma, color, sabor... pero en este lugar succionar de un biberón, lejos de espantar a la gente, la atrae.

"Hay muchas reacciones diversas: algunos se ríen (se supone que tiene que ser divertido); otros lo desaprueban de manera tajante", comenta Bruno Czaja, gerente del restaurante galo. "Para ser honestos, este lugar no es para el gusto de todo el mundo, pero en general todos disfrutan de la experiencia de regresar a su infancia".

La idea de servir vino en mamilas de cristal, esterilizadas después de cada uso, nació cuando este sitio abrió sus puertas en 1966, con el fin de diferenciarse de las cafeterías aledañas. Y lo lograron.

Desde hace cuatro décadas, el lugar está a reventar y Czaja espera que, en 40 años, el ambiente sea el mismo y el vino se siga sirviendo como leche para el bebé.

Muchos piensan que el éxito se...

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