Desde la Sinagoga/ ¿Quién es rico?

AutorRabino Moisés Kaiman

La semana pasada me visitaron dos jóvenes parejas. Una era la señorita que me visitó junto a su padre y que a raíz de dicha visita publique el artículo del 15 de febrero, donde les recomendaba hacer una boda de acuerdo a sus posibilidades. En esta ocasión venía acompañada por su flamante esposo y ambos querían agradecerme el sabio consejo que les había dado y disculparse por no haberme invitado a la boda. Se veían radiantes y felices.

La segunda pareja, muy joven también, estaba triste y preocupada. Tenían poco tiempo de casados y lamentablemente habían hecho una gran boda y no sabían cómo pagar sus deudas. Estaban conscientes de que lo que hoy les pasaba sería una lección para otras parejas, por eso me lo venían a contar.

Les dije que en Deuteronomios, capítulo 4-39, dice: "Y sabrás hoy, y recapacitarás en tu corazón, que sólo el Eterno es Dios arriba en los cielos y abajo en la Tierra, no hay otro alguno".

Dicen que cuando se trata de asuntos espirituales y buenas acciones, siempre debemos ver hacia arriba y tener envidia del que hace más que nosotros, pero cuando se trata de asuntos materiales hay que mirar siempre hacia abajo y ver que otros tienen menos que nosotros.

Como dice en Precepto de los Sabios, capítulo 4: "¿Quién es rico? El que se contenta con lo que tiene".

Si le preguntamos a alguien quién es rico, nos dirá que el que tiene mucho dinero, negocios y grandes empresas.

Pero los sabios nos dicen algo totalmente diferente: El rico es aquel que está conforme con lo que tiene. Lamentablemente en nuestros días muchas personas se creen ricas, pero realmente son muy pobres.

Si todos pensáramos como nuestros sabios, viviríamos más felices.

En las generaciones de mis abuelos y de mis padres...

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