¿Celebración errada?
| Autor | Daniel de la Fuente |
Un nombre extraño en la literatura mexicana es la de José María González de Mendoza. Este periodista e intelectual español, nacido en 1893 y muerto en 1967, dedicó su vida a la diplomacia mexicana hasta a ser distinguido como Oficial de la Legión de Honor de Francia.
Amigo de Reyes, Tablada y otros literatos de enorme peso, el "Abate de Mendoza" escribió ensayos literarios entre los que destacan varios sobre "El Quijote" y el universo cervantino.
Su nombre viene a colación porque el 23 de abril de 1616 se ha asegurado que murieron los dos grandes de la literatura universal: Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare.
Para completar una tríada se une el deceso del Inca Garcilaso de la Vega, ocurrido un 22 de abril, aunque su nombre no aparece con regularidad en esta conmemoración, que para algunos pudiera estar sostenida en la especulación. Estas discusiones, analizadas por Mendoza hace años, aún se debaten en la actualidad.
Primer error.
González de Mendoza aseguró en sus escritos que en la biografía del "manco sano, el famoso todo, el escritor alegre y, finalmente, el regocijo de las Musas" son innumerables las lagunas y hormiguean los errores sobre su movida existencia.
Se ha presumido que el "Manco de Lepanto" murió en Madrid el 23 de abril de 1616, conforme a lo asentado en uno de los libros de difuntos de la Iglesia de San Sebastián. En sus "Efemérides Cervantinas", Emilio Cotarelo y Mori recoge que Cervantes muere el 23 de abril y es sepultado el 24 en el Convento de las Monjas Trinitarias. Lo mismo sostiene el docto historiador inglés de la literatura española Jaime Fitzmaurice Kelly.
En su "Cervantes", don Antonio Espina dice: "Amanecía el día 23 de abril"; y en cuanto a la hora del sepelio: "Brillaba el sol en lo alto". De análoga manera, en sus "Jornadas de Miguel de Cervantes" don Vicente Escrivá escribió: "Fue el tránsito en la madrugada del 23 de abril"; y dos líneas más lejos: "Entierro de pobre, sin pompas ni ceremonia alguna; con el sol amigo batiendo sobre el rostro descubierto".
Miguel Herrero García en su "Vida de Cervantes" refiere: "Durante la noche del día 22 fue agravándose. Amaneció el día 23 de abril". Bosqueja la agonía y agrega: "Cuando el primer rayo de luz hirió los cristales de la ventana, el moribundo abrió desmesuradamente los ojos y perdió la vidriosa mirada en el espacio. La mano de doña Catalina se estremeció. Su marido había partido para la eternidad".
Hay de donde escoger: fallecimiento al...
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