¿Campanas al vuelo?

AutorAlberto Barranco Chavarría

De hecho, a la vera del simple anuncio de la firma estadounidense en aval de la solvencia total del país en sus emisiones de deuda, nuestra moneda dio un salto más en su sobrevaluación frente al dólar, al cotizarse en 9.26 por dólar, en tanto los mercados de futuros bajaban sus apuestas a junio a una paridad de 9.54.

El escenario se lo habíamos dibujado al amanecer del año ("Buena y mala") en este espacio:

"Paradójicamente, aunque un segmento del sector financiero del Gobierno federal promueve con gran ahínco la obtención para el país del anhelado grado de inversión por parte de las principales calificadoras de deuda de los Estados Unidos, otra le ruega a todos los santos del cielo para que no nos alcance... al menos durante este año.

"La polarización, concretamente, la ubicaríamos entre la Secretaría de Hacienda y el Banco de México.

"(...) Para decirlo con todas las letras, el grado de inversión, cuyo efecto inmediato sería la posibilidad de abatir los réditos y alargar los plazos derivados de las colocaciones internacionales no sólo del país sino de la mayoría de las empresas triple A, provocaría una importante revaluación del peso en su cotización frente al dólar... al impacto de un ingreso extraordinario de divisas".

De hecho, justo por esos días la correduría Goldman & Sachs había alertado que el peso mexicano había alcanzado un margen de revaluación frente al dólar de 20 por ciento, en tanto el Consejo Mexicano de Comercio Exterior hablaba de la urgencia de retroceder la paridad al menos 13 por ciento, "para que aumente la competitividad de nuestras ventas al exterior".

Lo cierto es que en previsión de que la sobrevaluación pudiera empezar a provocar nerviosismo entre los agentes económicos, el Gobierno había ideado un curioso mecanismo de inversión cuyo nombre lo dice todo: "Certificado de Depósito en Pesos de Interés Variable Indizado al Tipo de Cambio".

La primera emisión de papeles la haría Banca Serfin.

La ventaja principal de los nuevos instrumentos emitidos en pesos para evitar problemas fiscales, era justo que su tasa de interés se incrementaría conforme el tipo de cambio se fuera devaluando, hasta toparse con cierto nivel.

Digamos que a mayor deslizamiento en la paridad peso-dólar, mayor rendimiento para los apostadores en el instrumento.

Lo curioso del caso es que aunque Moody's -a contrapelo de la posición de su colega Standard & Poor's de esperar al arribo del nuevo Gobierno- había adelantado que subiría de Ba1 a Baa3 la...

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