¿Adicto al celular? Sufres de ringsiedad

AutorAzael Rodríguez

Escuchas un "ring" y tomas tu celular, pero era un comercial en la tele.

Checas por enésima vez la pantalla de tu aparato, seguro de que oíste algo, pero no, nadie te ha llamado.

Al otro día lo sientes vibrar, lo buscas en el bolsillo, y entonces recuerdas que se te olvidó en casa.

¿Acaso te estás volviendo loco?

No, sufres de "ringsiedad".

"Ringxiety" (ring+anxiety) es un neologismo recién acuñado por David Laramie, alumno de doctorado de la Escuela de Psicología Profesional de California, quien estudia el efecto de los celulares en el comportamiento.

Si escuchas algunas notas parecidas a las del timbre de tu celular, tu cerebro tiende a completar la melodía, dijo al New York Times Laramie, quien planea realizar una encuesta para averiguar qué tan frecuentemente sucede esto, y quiénes son más proclives a experimentarlo.

Expertos locales consideran que el fenómeno se relaciona con la incapacidad de estar en soledad, y se asocia con mayor frecuencia a los jóvenes, que han tenido acceso a esta tecnología desde muy pequeños.

"Es un estado emocional de dependencia", dice Arturo Garza, vicepresidente de la Asociación de Psiquiatría del Noreste, "estás esperando a ser llamado para que te dé un sentido de que estás vivo, de que no estás perdido".

Carlos Díaz, psicólogo social y catedrático de la UDEM, vislumbra en esta condición una necesidad de pertenencia y relevancia dentro del grupo.

"Lo veo en mis alumnos en la clase, que no pueden estar sin el celular en la mano, es una ansiedad que surge por la necesidad de ser tomado en cuenta, sentirse importante, que la gente se acuerda de uno", asegura.

"Háblame cuando haya mucha gente, pa' que todos volteen a mirar; en el carro parezco influyente, cuando me hablan a mi celular", cantaban Los Tigres del Norte en 1992, cuando ya empezaba a popularizarse la telefonía móvil.

Traumas celulares

El celular se ha vuelto protagonista de diferentes episodios cortos de estrés, como cuando un teléfono suena entre un grupo de personas, y todos checan su teléfono para ver a quién están llamando, o esos segundos de histeria en que una mujer revuelve el contenido de su bolsa tratando de encontrar su móvil.

Más terrorífico resulta para algunos la idea de perder su celular, pues en él, y sólo en él, guardan los números que los mantienen en contacto con amigos, compañeros o clientes.

Ésta es una angustia de las nuevas generaciones, y de los mayores que se han hecho dependientes de estos aparatos, ya sea por necesidades...

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