¡Cómo llenan el ojo!

AutorDora Isabel Franco

Siempre son una buena opción para terminar un menú, para empezarlo, o bien para comer y acompañar el café o té de media tarde.

La textura de un cheesecake puede variar de acuerdo a su elaboración, y así se pueden encontrar desde los más ligeros y esponjosos, hasta los más densos y cremosos, dependiendo de los ingredientes que lleven.

Lo más importante, según la chef pastelera Griselda Maysen, a la hora de elaborar un cheesecake es utilizar los productos adecuados y a buena temperatura.

Por ejemplo, explica, la grenetina tiene que estar siempre bien hidratada y solamente tibia; si ésta hierve, se pueden perder sus propiedades, y si se agrega caliente a la mezcla, se puede provocar un "shock térmico" que lleve a la formación de grumos en la preparación, lo cual no es agradable al paladar.

Otra cosa muy importante es que cuando un cheesecake lleva crema batida en su preparación, ésta debe ser agregada al final y debe integrarse en forma envolvente para que no se pierda el volumen de la mezcla.

"Los cheesecakes se pueden congelar y así duran de uno a tres meses, dependiendo de la temperatura en la que se mantengan", indicó Maysen.

En los congeladores caseros hay que tener mucho cuidado con el empaque en que se guarde el pastel, pues es muy fácil que se mezclen sabores y olores que después perjudiquen a la preparación.

Si lo que busca es variación, pruebe con distintos tipos de quesos e ingredientes, tanto dulces como salados, que llevarán a su mesa la variedad, sin olvidar el sabor y la consistencia que hacen de esta preparación un platillo sin comparación.

Recuerde que la decoración es muy importante en este tipo de platillo, pues su color es uniforme y puede llegar a ser aburrido, así que juegue con la imaginación y añádale coulis de frutas, jarabes, chocolate derretido o en trozos, cajeta, canela, nuez, almendra, fruta entera o ¡lo que se le ocurra!, pues así obtendrá un postre mucho más agradable a la vista y, claro, también al paladar.

Cheesecake de almendra con cereza

Para las cerezas:

2 tazas de cerezas

3/4 taza de agua

3/4 taza de azúcar

Para el pastel:

1/3 taza de almendras limpias en polvo

2 cucharadas de almendra limpia, tostada y picada

1/3 taza de azúcar glass cernida

1/8 taza de harina

3 claras

1/8 taza de azúcar mascabado

Para el relleno:

1 1/2 tazas de crema

1 queso crema grande

1/2 taza de azúcar glass

3 yemas

3/4 taza de azúcar

1 cucharada de agua

1 1/2 cucharadas de grenetina

2 cucharadas de agua fría para la grenetina

Para el strusel:

1/2 barra de mantequilla

3 1/2 cucharadas de azúcar

6 cucharadas de almendras picadas finamente

1/8 cucharadita de sal

6 cucharadas de harina

Preparación:

Para hacer las cerezas, hierva el agua con el azúcar hasta que se haga un jarabe. Ponga éste sobre las cerezas y refrigere por 24 horas (puede dejarlo en el refrigerador hasta una semana). Escurra y saque dos horas antes de usarse, para que la fruta quede seca y no se escurra la miel.

Para hacer el pastel, combine las almendras en polvo y las almendras picadas con el azúcar glass y el harina. Aparte, monte las claras añadiendo el azúcar mascabado poco a poco, hasta que tengan punto de turrón. Envuelva aquí la mezcla de las almendras con cuidado y vacíela en un molde o aro de 22 centímetros de diámetro. Hornee a 180 grados centígrados por 25 minutos. Deje enfriar y desmolde.

Para hacer el relleno, bata la crema a que forme picos suaves. Aparte, acreme el queso con el azúcar glass.

A baño María o...

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