¡Aída está que arde!

AutorEdgardo Reséndiz

Sencillamente, Aída en Fuego es algo nunca visto en Monterrey.

El fastuoso espectáculo creado por Pier' Allí en torno a la ópera de Giuseppe Verdi presentado la noche del jueves en el Auditorio del Parque Fundidora tiene un nivel de excelencia en cuanto a calidad, creatividad y precisión.

Respetando totalmente el espíritu del clásico del género lírico, la propuesta de Allí, en conjunto con el director Joseph Rochlitz y coreografiada por Simona Chiesa, acerca al espectador a la obra utilizando un deslumbrante concepto visual que mezcla elementos tradicionales y modernistas, más cercano al cine que al teatro.

Esto incluye el uso de efectos especiales para crear flamazos y hogueras, utilizados como símbolos de la pasión entre los protagonistas, y una impresionante escenografía con base en proyecciones de video que le dan al montaje el imponente carácter de la ópera de Verdi.

Aída (la regia Eugenia Garza) es un princesa etíope que, sin que nadie sepa su verdadera identidad, es esclava de la corte de Egipto; ella es amada por Radamés, un joven militar que quiere ser jefe de los ejércitos de ese país en la guerra con Etiopía, mientras que Amneris, la hija del faraón, anhela el amor del soldado.

Este triángulo amoroso/pasional, alrededor del que giran una intriga política y un juego de poder, y del que se derivarán otros similares a lo largo de la obra -como la disyuntiva en la que Aída tiene que decidir entre cumplir con su destino como princesa y salvar a Amonasro, su padre el rey, o ser leal a su amor a Radamés-, es el concepto central de la escenografía, compuesta por una gigantesca escalinata triangular que en el centro tiene una plataforma de forma similar, que se abre, hunde o eleva, según el caso, para crear espacios o servir como entrada o salida de personajes.

La punta de la escalera está inserta, al fondo del escenario, en la enorme pantalla en la que las proyecciones -a cargo de Sergio Metalli- crean los decorados móviles de las siete escenas de la ópera, logrando impactantes efectos cinematográficos que enriquecen la narrativa escénica.

El vestuario y los elementos de utilería son igualmente vistosos, con un toque moderno, inspirados en elementos del antiguo Egipto, y redondean una producción que bien puede ser calificada de perfecta, porque lucen sin opacar el componente principal de la puesta en escena: el talento de los cantantes y bailarines.

El trazo escénico y coreográfico son sencillos, por las dificultades que implica una...

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