Washington: capital fantasma

AutorMaribel González

EL NORTE/Estados Unidos

WASHINGTON.- La capital de Estados Unidos reaccionó con orden a pesar de la confusión que se vivió en cuanto se supo del ataque terrorista contra el Pentágono, poco después del que acaecía en Nueva York. La mayoría de la gente se encontraba trabajando cuando ocurrió la tragedia.

La Casa Blanca, el Capitolio y el Departamento de Estado fueron evacuados. Poco después, todas las oficinas federales daban órdenes a su personal para que volviera a sus casas. Organismos internacionales y embajadas cerraron sus puertas. El tráfico fue el que más resintió esta evacuación masiva.

Los policías parecían no dar abasto. Fue entonces que un hombre joven, de camisa azul y con su maletín colgando a la espalda, en un acto espontáneo comenzó a dirigir el tráfico de una intersección importante en el centro de la ciudad. Tanto peatones como conductores respetaron a ese civil desconocido que estaba colaborando.

El ulular de sirenas de patrullas policiales, ambulancias y bomberos invadió la ciudad. Los puentes que unen al Distrito de Columbia con el estado de Virginia sólo permitían el tráfico en un sentido: de la capital federal para fuera. Nadie podía entrar en Washington.

Los agentes del Servicio Secreto parecían multiplicarse en los alrededores de la Casa Blanca y del Capitolio. Mientras tanto, en la ciudad, la Policía metropolitana ayudaba a cerrar calles, a dirigir el tránsito, a dar paso a ambulancias y coches de bomberos.

Cruzando el Río...

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