Un Vuelo de Siglos

AutorClaudia Guerra

Los ángeles no siempre tuvieron alas. Antes del Siglo 4 de la era cristiana, los seres alados eran representados como humanos y hay vestigios de imágenes de las catacumbas de ese periodo histórico en las que salen representados con túnica y barba.

En esos primeros años de la evangelización se trataba de establecer un diálogo con los nuevos cristianos, muchos provenientes del judaísmo que sentían cercanas las enseñanzas del Antiguo Testamento en las que el ángel era el mediador entre Dios y los hombres.

Sin embargo, con la aparición de la figura de Cristo, en el Nuevo Testamento, la concepción que había en torno a los ángeles cambió radicalmente. La presencia de las alas en las imágenes de los ángeles vino a coincidir, a fines del siglo 4 y principios del 5, con la más importante definición cristológica: la de la naturaleza de Cristo como verdadero Dios y verdadero hombre.

"Hay una constante que se mantiene a lo largo de todas las épocas históricas. Los artistas cuando han tenido que representar la figura de un espíritu puro como es el ángel necesariamente han tenido que recurrir a una figura humana", refiere el sacerdote argentino Daniel Estivill, profesor encargado de Iconografía de los Santos, Curso Superior para los Bienes Culturales de la Iglesia, en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma.

Doctor en Ciencias Eclesiásticas Orientales y considerado el máximo estudioso a nivel mundial de la iconografía de los santos y los ángeles, Estivill señala que al aparecer la figura de Cristo, el ángel del señor ya no tiene sentido como figura primordial.

Haciendo historia...

En los primeros siglos de la historia del arte los creadores tenían problemas adicionales a los que exige elegir técnica, acabado y forma a su obra de arte: había una especie de confusión entre la figura del ángel y Cristo, porque pensaban que Cristo era un ángel también.

Una vez que se llega a descubrir la identidad verdadera de Cristo, el hijo de Dios hecho hombre, como dicta la religión cristiana, en el arte llega la necesidad de distinguir al hijo de Dios de los ángeles.

"Los dos son mediadores, la diferencia es que el hijo de Dios es verdaderamente hombre y el ángel es espíritu", apunta Estivill.

¿Cómo representar al espíritu?, es la pregunta que se hacen los artistas en ese momento. Es preciso agregarle al ángel las alas que representan el vuelo, lo ligero, lo espiritual, para hacer la diferencia.

"Es entonces cuando se produce un cambio fundamental en la tipología...

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