Vuelan regios con 'Icaro' hacia el Sol

AutorSilvia Ruano

No hay ser humano que soporte felizmente el encierro, la enfermedad incurable que obliga a estar entre las inhóspitas y frías paredes de un hospital con la sombra de la muerte como acompañante cotidiano.

Miedo, impotencia, angustia y desesperación son sólo algunos de los sentimientos que se pueden experimentar en semejante situación; pero justo entonces, con el ánimo a dos centímetros del suelo, si la imaginación es lo suficientemente fuerte, se puede sonreír, extender las alas y volar hacia el Sol, como el mitológico Icaro, para escapar.

Esta es, en síntesis la historia que la compañía Teatro Sunil de Suiza presentó en Monterrey la noche del lunes con su"Icaro", como parte de la programación del Festival Cultural Barrio Antiguo.

Daniele Finzi, creador, director y actor del montaje, concibió este fantástico trabajo soportado exclusivamente en la actuación, capaz de arrancar una carcajada para colocar con maestría, detrás de ella e inmediatamente después, la reflexión más seria sobre la lucha contra el poder, la soledad, la enfermedad y la muerte.

La idea original de este montaje surgió durante la desesperanza y el tiempo de sobra de los días de cárcel que Finzi vivió hace tiempo en Suiza, y a partir de ella concibió un espectáculo que bien podría ser considerado como un gran monólogo para un solo espectador.

Este observador solitario es en cada función una persona distinta que Finzi selecciona entre el público y se introduce en el montaje como el compañero de habitación del protagonista.

La noche del lunes, Elías Salazar, joven de menuda figura, fue el...

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