Las vivencias de una ama de casa

AutorCelita Alamilla

Qué gorro con estos hijos nuestros, nada más nos están fiscalizando. No nos dejan salir. Será porque, confesaré, ya tenemos nuestros añitos.

¡Ya me hartan con sus cantaletas!: "No salgan", "pónganse el tapaboca, gel, guantes", "no me toques, de lejecitos", "deja que me quite los zapatos"... ¡Jesús!, hasta espantan cuando vienen con mascarillas, gorra y lentes oscuros. Parecen asaltadores.

Por las compras de pánico, todavía no me acabo la despensa, y con eso de que te la traen a casa, ¡mmmh! Pero yo no confío, ponen a los chamacos a que te surtan la lista y te falta o te traen de más. La última vez que pedí, en vez de una lechuga me llegaron cuatro.

Dicen que leer te hace bien, ocupas tu tiempo, aprendes y pones a trabajar las neuronas, en vez de estar toda la tarde pegada a las telenovelas. Nunca me dio por los libros, pero como me dice una comadre muy letrada, es tiempo de empezar.

Teníamos dos bodas y se las cancelaron a los novios, me quedé vestida y alborotada con todas las garras rentadas. Que si el vestido, que si el frac, que si los zapatos. Ni el gasto, pinche coronavirus. Yo iba de madrina en una de ellas y nanay, será pa'l año que entra.

Te recomiendan que bebas agua tibia, que con limón, que con vinagre. Que te mojes a cada rato la garganta. Ya no saben qué. ¡Qué esperanza que este marido mío va a hacer caso! Cheve fría y coca con mucho hielo.

Me preocupa tanta...

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