Viven su propia lucha familiares de reclusas

AutorImelda Robles

Diego vivió hasta los tres años en el Penal del Topo Chico con su mamá y su papá, ambos recluidos. Ya tiene cinco años y su abuela paterna, Amelia, se hace cargo de él.

Además, el año pasado tuvo que sacar del reclusorio al hermanito menor, de 2 años, porque se enfermó de los bronquios y tiene un tumor en el cuello que requiere un tratamiento médico.

Esta abuela, de 55 años, vive en un sector marginado de Escobedo. Cuida a ambos niños y vende a diario tortillas para mantenerlos, y además, para juntar dinero y poder visitar a su hijo y a su nuera, y llevarles comida.

"Nadie sabe el costal que uno carga", dice, "no se crea, si de repente sí me entra la depresiva, porque como quiera, pues una sola, verdad, para todo.

"Imagínese tener que trabajar, y tener que llevarles, y ahorita el niño ya está en el kínder, y el gasto para el kínder, comprarles y darles".

La Ley Nacional de Ejecución Penal permite que los hijos de las internas vivan en el reclusorio hasta los tres años.

Los nombres se cambian por seguridad.

Amelia platica que su hijo y nuera fueron detenidos por robo de auto. Cumplieron una sentencia de 4 años, salieron en libertad y a los tres meses volvieron a caer por el mismo delito. Esta vez los sentenciaron a 25 años, de los cuales llevan 7.

"Andaban en los...

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