Visión Económica / Pensiones insostenibles

AutorSalvador Kalifa

El PRD, como acostumbra, se opuso a la reforma, y lo mismo hicieron los dirigentes sindicales del IMSS, así como los del STUNAM. Es muy probable que en los próximos días continúen las manifestaciones de descontento de los trabajadores del Instituto, quienes se niegan a cualquier cambio que reduzca sus numerosos privilegios.

La reforma que tanta oposición ha generado es, en realidad, un paliativo que si bien modifica el mecanismo de pensiones para las nuevas contrataciones del Instituto, no corrige el enorme problema financiero del mismo, ya que no introducen mecanismos de competencia que lo hagan más eficiente ni se afectan los derechos vigentes de los trabajadores, los jubilados y los pensionados, en particular lo que se relaciona con los años de antigüedad y la edad mínima de retiro.

El director del IMSS, Santiago Levy, mencionó recientemente en un noticiero de radio que aún vendiendo todos sus activos, incluyendo hospitales, clínicas y edificios, habría un faltante de más de 180 mil millones de pesos para cubrir los compromisos financieros amparados por el contrato colectivo con sus trabajadores.

Y es ahí, precisamente, donde está el meollo del problema. Nuestro sistema de salud está organizado para servir los intereses de sus trabajadores y sindicatos en vez de los de sus usuarios. Los sistemas de pensiones de los empleados públicos, en especial los del IMSS, son fruto de años de presiones políticas y de una "generosidad" irresponsable de gobiernos y legislaturas anteriores, que sin consideración alguna de los mecanismos de financiamiento cedieron a demandas (chantajes) sindicales que son imposibles de cumplir en cualquier empresa.

Una situación de esa naturaleza no se presenta en una organización privada. Los reclamos sindicales o la ineptitud de sus administradores tienen como límite el capital de la empresa. De ahí que las partes tiendan, por lo general, a acuerdos que no ponen en riesgo la solvencia del negocio en el largo plazo. Cuando ello no ocurre, la empresa quiebra sin costo para los contribuyentes.

Ese no es el caso de las empresas y organismos públicos en nuestro país, que por décadas han sido un botín de políticos y sindicatos. Muchos de ellos todavía lo son, como lo demuestran en particular los sindicatos del IMSS y Luz y Fuerza del Centro, que sobreviven con el dinero de los contribuyentes.

En el caso particular del IMSS, es necesario que su sindicato acepte modificar su contrato colectivo para elevar el número de años de...

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