VISIÓN ECONÓMICA / La descapitalización de Banxico

AutorSalvador Kalifa

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) utilizó el año pasado más de 70 por ciento del remanente que le transfirió Banco de México (Banxico) para incrementar el gasto público, a pesar de que la prudencia y diversos estudios al respecto aconsejan no enviar al Gobierno, como parte del remanente del banco central, la utilidad cambiaria de papel porque ello puede, además de facilitar un mayor desequilibrio fiscal, vulnerar la solvencia de la institución.

El nivel de capitalización de un banco central es clave para garantizar su independencia financiera e institucional, así como la calidad de su política monetaria. El manejo actual del remanente de Banxico vulnera esos objetivos.

Los bancos centrales obtienen capital de tres fuentes: el capital autorizado, las utilidades retenidas y la revaluación de sus reservas. Estas últimas juegan un papel muy importante porque consisten en el reconocimiento de las ganancias no realizadas debidas a movimientos del tipo de cambio, y no deberían considerarse a la hora de calcular el remanente distribuible al gobierno.

La mayor parte de la utilidad no realizada no cuenta con el respaldo de activos líquidos que permitan distribuirla sin erosionar la solvencia y liquidez del banco central. Para mantener un nivel adecuado de capital es importante que la política de dividendos asegure que tiene un respaldo de activos líquidos. En caso contrario, la recomendación es no distribuir las utilidades no realizadas.

Es por ello que la mayoría de los especialistas y bancos centrales coinciden en señalar que, para mantener un nivel adecuado de capital, las ganancias no realizadas deben excluirse del cálculo de los dividendos y asignarse a una reserva por revaluación para enfrentar perdidas futuras. Estas pueden presentarse repentinamente con un movimiento del tipo de cambio, lo que contrarrestaría las ganancias distribuidas, afectaría negativamente el capital, y tendría un impacto adverso sobre la independencia financiera del instituto central.

En efecto, los bancos centrales con utilidades distribuibles muy volátiles tienen razones de capital considerablemente menores a las de aquellos con utilidades distribuibles estables y las ganancias no realizadas son, por mucho, el factor de más volatilidad. Un nivel de capital positivo es clave para garantizar que los banqueros centrales independientes siempre se concentren en la estabilidad de precios al tomar decisiones de política monetaria. Esto requiere, por tanto, de...

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