Virtuosa indiscutible

AutorAlejandro Fernández

Crítico musical

La entrañable presencia de la pianista Eva María Zuk en el 16 Festival de Sala Beethoven confirmó una vez más su vitalidad, musicalidad y virtuosismo.

Esa energía y pasión que la caracterizan volvieron a estremecer al público la noche del martes en el Auditorio San Pedro.

La artista, con una extensa carrera iniciada cuando apenas tenía 10 años, planteó un programa extenso, exigente y suficientemente variado con el que rindió homenaje a los dos grandes compositores para el teclado a los que este año se recuerda en el bicentenario de sus nacimientos, Chopin y Schumann.

En todas sus intervenciones puso de relieve no sólo su dominio técnico, que le permitió abordar los pasajes más complicados, sino también una remarcable musicalidad.

Con las seis piezas chopinianas de la primera parte fue posible apreciar su total identificación con el lenguaje del compositor polaco.

La "Balada No. 1 en Sol menor Op. 23" , la selección de tres "Mazurkas del Op. 17", la apabullante versión de la "Grande Valse en La bemol mayor Op. 42", la mostraron intensa y aguda.

Aun en los momentos más exaltados nunca perdió la serenidad ante el teclado, mientras que de sus manos emanaba música (no sólo notas) y un sonido intenso siempre muy cuidado y bello.

Cerró la primera parte con el "Andante spianato y Gran Polonesa Brillante Op. 22", en el que expuso el melodismo de la primera sección, para...

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