Violencia familiar el infierno en casa

AutorImelda Robles y Daniel Santiago

Es un círculo de violencia... y muchas veces termina en el asesinato.

En el 2013, en Nuevo León se registró la incidencia más alta en su historia reciente de violencia familiar al cerrar el año con 11 mil 761 denuncias.

Se trata del círculo de la violencia que llega a naturalizarse en miles de familias, explica Imelda Flores, coordinadora del Centro de Atención Familiar (Cafam) del DIF Nuevo León.

"Cuando no reciben ayuda, lamentablemente las violencias sí tienen fin. La violencia emocional trae muchas veces el suicidio y la violencia física termina en: 'o es mi vida o es la tuya'".

Las tres etapas de este círculo giran una y otra vez, dice la experta.

Primero es la acumulación de tensión, después viene la explosión, que es en donde se manifiesta la violencia, y al final, la luna de miel, o el perdón y la reconciliación.

"En la etapa de luna de miel hay rosas, te piden perdón. Él dice: 'no lo vuelvo a hacer' y ella se lo cree, hay embarazos", comenta la socióloga.

Érika Valdés, psicóloga de Alternativas Pacíficas, asociación que brinda atención integral a mujeres violentadas, coincide en estas fases, y la mujer se acostumbra a ellas porque, incluso, lo justifica con una enfermedad bipolar.

"Hay una confusión: como la violencia no es permanente, la mujer dice: 'él me ama; el problema sólo es cuando se enoja, me grita o me golpea".

Pero hay otras causas de porqué cuesta salir del círculo. Están las amenazas de más golpes, de quitarle a los hijos e incluso de matarla.

"Las estadísticas hablan de que si una mujer se atreve a terminar con este ciclo de violencia y más si ha habido amenazas de muerte o a los hijos, se incrementa a un 99 por ciento (la probabilidad) de que ocurran los hechos violentos, que se cumpla esa amenaza", expresa Valdés.

"Si una mujer lo intenta (denunciar) y le dicen que no hay lesiones graves, se regresa (a su casa) y al regresar se topa con una violencia más fuerte, porque se atrevió a hacerlo".

Aunque cada caso es diferente, hay quienes calculan en siete el número de intentos de una mujer para romper con una relación violenta antes de lograrlo.

El director de Atención Integral al Menor y la Familia del DIF NL, Alejandro Morton, afirma que más que buscar la separación o divorcios en las parejas, se debe luchar por frenar el comportamiento de ambos.

"Si no logramos que el hombre reconozca esa violencia y la mujer se valore a sí misma, la violencia seguirá porque ellos van a buscar nuevos patrones", indica el psiquiatra.

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