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Vidal Garza Cantú / Una visión de Latinoamérica

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Vincent
AutorVidal Garza Cantú

En 10 años, la insatisfacción de los latinoamericanos con su democracia aumentó de 51 a 71 por ciento, según el último informe de Latinobarómetro 2018.

En cuanto a confianza interpersonal, América Latina es la región más desconfiada de todo el planeta.

¿Qué es lo que hace que los ciudadanos condenen su democracia y no tengan confianza entre ellos?

Proponer algo mejor parecería ser la esencia de una visión latinoamericana, pero ¿qué es lo mejor para fortalecer la libertad y la democracia? ¿Cuál es el entendimiento del papel que tiene el ciudadano con su país, y más aún, la obligación de orden, seguridad y progreso que deben garantizar los Gobiernos?

Hay dos problemas de fondo que nos pueden explicar por qué llegamos a eso.

A mediados del siglo pasado, la teoría económica de la dependencia y de la estructura centro-periferia, de Raúl Prebisch y Hans Singer, imperó en muchos países latinoamericanos.

Ésta postulaba un deterioro continuo de la relación real de intercambio de las economías primarias, normalmente periféricas, versus los países que se estaban industrializando. Esto es así porque la demanda de productos manufacturados crece mucho más rápido y con mayor valor agregado que el de las materias primas, que abundan en América Latina.

Dos formas podían evitar que los países se empobrecieran bajo este modelo de desarrollo: industrializarse vía apertura comercial o buscar hacerlo sustituyendo las importaciones.

La mayoría optó por el segundo modelo, pero al agotarse, muchos países no tuvieron de otra que depender de la exportación de un solo bien, mientras que otros, entre ellos México, con mucho sacrificio se abrieron al comercio y favorecieron una industrialización manufacturera más intensa.

Hoy nuestro País exporta bienes variados y su integración comercial es tan amplia que ha logrado institucionalizar una fortaleza económica que atenuó tanto la crisis mexicana de 1994 como la gran crisis económica global de 2008.

Los países que sí dependen de un solo bien no manufacturero crecieron a principios de este siglo, cuando los precios de los bienes genéricos tuvieron bonanzas, impulsados por la demanda de China y Estados Unidos.

Esto se terminó...

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