Vidal Garza Cantú / Precios altos

AutorVidal Garza Cantú

Durante la reunión anual de la Asociación Americana de Economistas a principios del año, un panel acaparó la atención de las más de 3 mil personas ahí reunidas. Moderado por el profesor James K. Galbraith, los economistas Paul Krugman y Joseph Stiglitz afinaban sus argumentos para encontrar la razón de la crisis inmobiliaria en Estados Unidos y la desaceleración económica.

Mientras lo hacían dejaban entrever lo que a mi juicio representa el problema actual del encarecimiento de los hidrocarburos y alimentos: la desobediencia a la teoría económica de la economía estadounidense.

Al término del evento se recordaba aquella frase acuñada por Stiglitz que decía: "El principal producto de exportación de la economía estadounidense es teoría económica moderna". A lo que el moderador respondió con su sarcasmo característico: "Sin duda, Stiglitz tiene razón, Estados Unidos ha sido el gran exportador de teoría económica al mundo, pero ha sido por muchos años su menor consumidor".

Esto nos lleva a reflexionar sobre varios comportamientos estadounidenses que hoy tienen al mundo sujeto a un alza desmedida de los precios de los hidrocarburos y de los alimentos.

Algunos analistas han culpado al aumento del consumo de China e India, lo que ha provocado el encarecimiento de los bienes de consumo. Sin embargo, estos países tienen más de una década creciendo a tasas superiores al 7 por ciento, ¿por qué el aumento de los alimentos no se dio de manera paulatina como debiera suponerse?

Probablemente, la respuesta la debamos encontrar en otro lugar. Directamente, quizá en el país que ha promovido tantas teorías económicas de estabilidad de precios, crecimiento, austeridad fiscal, apertura comercial e inversiones en investigación y desarrollo: Estados Unidos.

Pongo cuatro ejemplos para encontrar la razón del encarecimiento petrolero y alimenticio que padecemos.

Con el precio del barril del petróleo rondando los 150 dólares, la revista Forbes en su edición de mayo encontraba que los estadounidenses no sólo no han dejado de consumir gasolinas, sino que ahora consumen más que el año pasado y manejan muchos más kilómetros que antes gracias al mayor rendimiento de sus vehículos.

Para darnos una idea de este consumo, la demanda en Estados Unidos representa casi el 76 por ciento del consumo mundial de gasolinas. Ante esta demanda que no cede del principal consumidor, el mundo tendrá que esperar a que ellos comprendan que...

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