Vidal Garza Cantú / Hechos, no discursos

AutorVidal Garza Cantú

¿Para qué sirve el Gobierno? ¿Cuáles son sus responsabilidades más relevantes? En nuestro País parecen fallar muchas de sus funciones básicas. ¿Por qué pasa esto?

Si pudiéramos tener un solo objetivo medible y claro de toda autoridad, éste sería simplemente agregar valor público a la sociedad. No es agregar valor al Gobierno, ni a un grupo de la sociedad en detrimento de otros, ni agregar valor a veces y en otras ocasiones perderlo. El único objetivo de un buen Gobierno es hacer de todas sus funciones acciones que agreguen valor público.

Esto significa que la sociedad pueda progresar, vivir en paz, desarrollarse, crecer, educarse, tener salud, pagar impuestos de manera justa y equitativa.

Cuando un Gobierno agrega valor público es que lo puede medir, mostrar, comunicar, y por ende les puede exigir a sus gobernados sus obligaciones con claridad.

Para toda la sociedad, la importancia de los resultados de la actuación de nuestras autoridades debería ser lo más importante.

A la luz de esta severa crisis sanitaria y económica vivimos por el Covid, uno de estos resultados debería ser el combate a la corrupción con acciones claras, más allá de un discurso que a muchos emociona, pero que no tiene resultados.

Es innegable que la corrupción mantiene una relación estrecha con el desarrollo y con el nivel de desigualdad de los países. Genera un círculo vicioso de políticas públicas ineficientes que producen distorsiones, por ejemplo, en las decisiones de inversión, en las libertades económicas y en el surgimiento y expansión de actividades ilegales y delictivas.

Según el reciente informe de Transparencia Internacional, 9 de cada 10 mexicanos creen que la corrupción en el Gobierno es un problema grave.

En Nuevo León, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental, el 36 por ciento de la población cree que los actos de corrupción son muy frecuentes en nuestro estado.

Por consiguiente, la búsqueda con acciones concretas para acabar con la corrupción es la agenda más importante que nos ayudaría a salir más rápido de esta depresión, nos impulsaría a crecer mejor, reduciendo la desigualdad y aumentando las inversiones que urgen para reactivar el aparato productivo.

Y...

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