La vida sin él

AutorMaría Luisa Medellín

La madrugada en que su esposo Antonio De Nigris murió, Sonia pensó que había recibido el golpe más terrible de su vida.

Pero a un año de su partida, su ausencia ha sido aún más devastadora.

"He intentado encontrar consuelo en la vida que vivimos, en los recuerdos, porque él fue un hombre muy feliz y lo transmitía, con eso me quedo, es lo que me ha hecho seguir... Me siento privilegiada de haber formado parte de su vida", reflexiona Sonia Guerra, y su mirada recorre la sala con las imágenes del "Tano", de cabello largo e inconfundible sonrisa.

La joven viuda del futbolista regio, quien militaba en el AE Larissa y falleció en Grecia el 15 de noviembre de 2009, a los 31 años, por un infarto fulminante mientras dormía, confiesa que hasta ahora se siente más serena para expresar sus sentimientos. Antes, las palabras se le anudaban en la garganta.

Si ha adquirido fortaleza es por Miranda, su pequeña de 5 años, recalca esta mujer de largo cabello castaño, ojos claros y facciones delicadas. Ella nunca había vivido en Monterrey, y ahora está en el kínder.

"Desde que llegué me puse a hacer su rutina, porque no puede estarme viendo tan triste. Me ayudaron una hermana y una amiga a inscribirla y, gracias a Dios, por la vida que llevábamos de país en país, es muy adaptable. Desde muy chiquita la metí en kínder, prefería que estuviera rodeada de niños".

De hecho, habla español, inglés y algo de turco. Tiene el cabello oscuro y largo, la piel blanca y una sonrisa igualita a la de su padre.

Dice que él las cuida desde el cielo, y corre al sofá para llenar de besos a Sonia, cuando ve que una lágrima corre por sus mejillas. Luego sigue en sus juegos.

Sonia le devuelve una sonrisa. Comparte que este año ha sido de emprender una mudanza en muchos sentidos sin el amor de su vida, y de volverse a poner de pie.

Ella es licenciada en comercio internacional, pero se ha dedicado exclusivamente a Miranda, y a vivir su duelo. Ya habrá tiempo de retomar el rumbo en lo profesional.

"Él hubiera querido que fuéramos felices, siempre me lo decía. Para mí fue corto el tiempo que compartí con él, pero son cosas que uno tiene que aceptar, buscar la resignación y salir adelante", dice y suspira.

Sonia conoció a Toño por amigos en común, dos semanas antes de su primer gol en un partido Rayados-León, en el Torneo de Verano del 2000; el de su debut.

"Me invitó al estadio y cuando anotó el gol me aventó un beso con los dedos. Luego todo creció como la espuma. A los tres años nos...

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