Víctor Kerber/ Nueva era para la diplomacia

AutorVíctor Kerber

"Mi fe -dijo la Canciller Rosario Green el 6 de septiembre del 99- es que en el 2002 estaremos gobernados por mi partido". Y tan fuerte era su fe, que no escatimó en recursos a su alcance para hacer que el candidato de su partido, el PRI, sobresaliera en el exterior en detrimento de sus opositores.

Contrario a lo que su posición exige, es decir, colocarse al nivel de estadista (por eso la cancillería estadounidense se denomina "Secretaría de Estado"), Rosario Green utilizó a funcionarios de la dependencia a su cargo para que colaboraran en las labores partidistas y alienó al cuerpo diplomático a fin de que se difundiera en el mundo un rostro amable del priísmo.

Llegó a extremos. En entrevistas concedidas a medios internacionales (por ejemplo, El País, del 5 de marzo de este año) reiteró que esperaba que nunca hubiera gobierno en México que adoptara una política exterior contraria a la desarrollada por las gestiones priístas. Después, en ocasión de la toma de posesión del Presidente de Chile, Ricardo Lagos, puso a disposición de Francisco Labastida todas las facilidades de nuestra embajada.

Vicente Fox y Porfirio Muñoz Ledo se quejaron. No sólo en Chile, sino en otras tantas ocasiones en las que viajaron al extranjero se dieron cuenta de que los servidores públicos apostados en las representaciones mexicanas tenían línea, actuaban con parcialidad y tal vez hacían uso inapropiado de los recursos públicos.

Y no es de extrañar, un alto número de embajadores y cónsules mexicanos en realidad no pertenece al Servicio Exterior de carrera, sino que ocupan sus puestos por designación política, o sea, para servir a intereses políticos y partidistas. Fue claro, por ejemplo, que cuando el virtual Presidente Electo Vicente Fox visitó la ciudad de Sacramento, California, el cónsul Luis Castresano hizo todo lo posible por entorpecer sus presentaciones.

Pero incluso dentro del Servicio Exterior Mexicano se practicó abiertamente el proselitismo partidista que con tanta fe enarbolaba Rosario Green. Conocida fue la participación activa de varios miembros del cuerpo diplomático en la elaboración del documento intitulado "Agenda del PRI en el México del siglo XXI", y no menos público fue el activismo de la embajadora de carrera Sandra Fuentes Beráin, con todo un equipo de promesas de la diplomacia mexicana, al frente de la Secretaría de Asuntos Internacionales del PRI.

Pues todo este entramado se cimbró el pasado 2 de julio. Y no es que sea malo simpatizar o...

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