Víctor Kerber/ Los cultitos

AutorVíctor Kerber

Entre las cosas que deberán cambiar está la manera como se enfoca la cultura en México. Empezando porque el término mismo es poco definible; se habla de la cultura del trabajo, la cultura del ahorro, la cultura popular, la cultura política, o la cultura del "no pago".

Todo es cultura, pero a la vez hay distinciones de región a región, de una clase social a otra, y hasta entre una generación y otra. Aquí me refiero, sin embargo, a ese grupo de hombres y mujeres que conforman lo que se da en llamar "el mundo cultural" de México, y que está conformado por una élite de esnobistas que suelen ver a los demás como Zeus desde el Olimpo.

Lo que propongo a continuación es que emprendamos aquí, desde Monterrey, un movimiento para acabar con dos cosas: la centralización de los medios culturales y la sujeción creativa que monopoliza un conjunto de parásitos del Estado, pero que hallan su modus vivendi en atacar todo lo que provenga del propio Estado. Vamos por partes.

Es un hecho, por ejemplo, que los pocos recursos que se destinan a la difusión y mantenimiento de las expresiones artísticas y culturales están concentrados en un puñado de instituciones (INAH, INBA, Conaculta), que tienden a favorecer a la Ciudad de México porque creen no sólo que es el mejor sitio, sino el único centro cultural del país.

Véase lo que opinó el jurista -y flamante dirigente priísta- Sergio García Ramírez durante un seminario de cultura mexicana. "La Ciudad de México -dijo- sigue siendo, no sólo para efectos culturales sino para muchos otros, el cerebro del país. Aquí está la mayor parte de las instituciones de investigación científica y las más grandes universidades; sigue siendo el gran polo de desarrollo cultural, científico y económico, pero se debe a una inercia histórica".

Tal vez tenga razón: todavía no existe ciudad en México que compita con el D.F. en muchos rubros y también es cierto que la inercia histórica ha privilegiado a la capital nacional sobre cualquier otra ciudad del país. Pero también hay falsedad en pensar que es "el gran polo de desarrollo cultural, científico y económico".

Concretamente, existen polos de desarrollo cultural en la federación que se menosprecian en el centro. Pienso, por ejemplo, en los talleres artísticos de Oaxaca, de donde han salido pintores talentosos como Francisco Toledo y antes que él Rufino Tamayo. Pienso en la escuela literaria y musical de la Universidad de Xalapa, o en la exquisitez coral de los niños de Puebla, o en la...

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