Tienen en viaje refugio regio
| Autor | Gabriela Villegas |
A sus pocos años, ellos ya saben qué se siente ser perseguido, secuestrado o huir de sus naciones por hambre.
Esta realidad viven miles de niñas, niños y adolescentes en su travesía migrante.
Tras esquivar aduanas e intentar cruzar México, algunos jóvenes interceptados por autoridades migratorias llegan a un respiro de tranquilidad en el Albergue Fabriles, del DIF Estatal.
Éstas son las historias que se resguardan tras el refugio, que con poco más de un año de haber abierto sus puertas ha recibido a 305 menores migrantes. Todos los nombres de estos menores de edad se cambian por su seguridad.
HUIR O MORIR
La Mara Salvatrucha le dio dos opciones a Andrés, entonces de 9 años: ser reclutado por la banda criminal o morir.
"Me andaban buscando unos de las maras y pues querían reclutarme y no quise", recuerda el chico hondureño, hoy de 16 años.
El 65 por ciento de los menores de ese país huye al ver amenazada su vida, señala el informe Niñez y migración en Centro y Norte América: causas, políticas, prácticas y desafíos, publicado en el 2015 por Center for Gender & Refugee Studies de la Universidad de California.
El chico pidió permanecer en México en calidad de refugiado, condición que recibió en el 2015. Esto lo protege para no ser repatriado.
Andrés pasa sus días en el Albergue Fabriles, donde ha avanzado académicamente y recibe clases de pintura, las cuales, dice, son sus favoritas.
"Yo no sabía multiplicar. No sabía muchas cosas. Ahora ya aprendí todo eso, también he aprendido valores".
Aunque dice sentirse protegido, también anhela ser mayor de edad para estudiar y trabajar.
"Me gustaría seguir echándole ganas al estudio para sacar mi licenciatura en Administración de Empresas y así ayudar a mi mamá, que es mamá soltera, y a mis hermanos a salir adelante", comenta el joven, quien tiene 13 hermanos.
DE LA INDIA A MONTERREY
Manuel tenía 17 años cuando atravesó siete países en búsqueda de refugio. El joven, ahora de 18 años, salió huyendo de su ciudad natal, Punjab, en la India, al ser amenazado de muerte.
"Tengo problema allá porque mi papá anda peleando con un señor y este señor me quiere matar", platica.
Al verse en riesgo, Manuel salió solo rumbo a Estados Unidos, planes que cambiaron al llegar a México.
"Ya pasé Rusia, Austria, Francia, Bielorusia, Holanda y hasta aquí México, Puebla. Aquí me recibió un señor y me mandó con una trailera a Monterrey, después me subieron a un autobús para pasar a Estados Unidos, pero luego me bajó...
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