Las verdades de La Mexicana

AutorRaymundo Zamarripa

Han pasado 10 años desde que Kate del Castillo dejó el confortable mundo de las telenovelas mexicanas en el que era una estrella y se mudó a Estados Unidos.

Y aunque ahora presume que ha compartido pantalla con actores como Kevin Kline (Crimen Sin Perdón, 2007) o Tilda Swinton (Crimen Repentino, 2008), al principio las cosas no pintaban igual.

"Muchas veces grité y lloré para regresarme y al día siguiente siempre amanecía con un poquito más de sol", afirma la actriz en entrevista telefónica desde su hogar en Los Ángeles.

Kate recuerda que al no recibir llamado de las audiciones a las que se presentaba, llegó a pensar que no era lo suficientemente buena actriz, ni lo suficientemente delgada o bonita para "hacerla" en la Meca del Cine.

Sin embargo, fue este nivel de exigencia el que le permitió comprender por qué Hollywood es Hollywood y fue su perseverancia la que la transformó para darle vida a una mujer ruda, dura, difícil, en una teleserie que hoy tiene a todo México hablando de ella: La Reina del Sur.

¿Pensó alguna vez en claudicar? Sí. ¿Lo hizo? No, pero de cuando en cuando, asegura, le surgen unas ganas inmensas de regresar a su país y quedarse para siempre.

"México simplemente es mi hogar; es donde nací y crecí. Amo México, soy mexicana y moriré mexicana, pero en Estados Unidos es donde me he realizado como persona, como actriz y como mujer", dice Kate con mucha seguridad.

"Es donde tengo mi otro hogar. Porque la primera vez que viví sola fue acá, donde compré mi primer departamento, donde me hice una vida, donde crecí en cuanto a madurez y donde vine a buscar un sueño, que me costó mucho trabajo y muchas lágrimas".

Pero como en la vida no todo es trabajo, ella, como todo el mundo, necesita tiempo para sí misma.

"Trato de relajarme porque soy como 'conejito Duracel' que me gusta seguir y seguir y trabajar y trabajar, y tal vez se descuida un poquito la vida personal", aclara al afirmar que por eso aprovecha cada oportunidad que tiene para estar con su familia y con su marido, el actor Aarón Díaz.

"Cada vez que tengo ese tiempo con mi familia y con mis seres queridos y mis amigos lo disfruto enormemente porque sé que va a ser corto y después me voy a ir otra vez o se van a ir otra vez".

Eso, aunque parezca contradictorio, no significa que la actriz de 38 años padezca la soledad.

"Nunca me he sentido realmente sola. Más bien será que estoy sola porque quiero y no porque no hay de otra. Tengo una familia hermosa que es muy unida a mí, que me ama y un marido que me adora. Tengo mucho amor alrededor", afirma.

Trabajo, vida, distancia, tiempo, amor, soledad. Todos son conceptos que definen la historia de cada persona. Para ello hay que saber equilibrarlos o, quizá, sacrificar unos por otros. Por eso nos preguntamos si para Kate, la actuación y sus altibajos son un buen negocio.

"Totalmente. No me arrepiento ni un segundo de haberme arriesgado. El llegar a mi casa y estar sana y feliz. Claro que es un buen negocio porque qué mejor que hacer lo que más te gusta y que eso te dé de comer", responde.

NACE UNA ESTRELLA

Al igual que Teresa Mendoza, la protagonista de La Reina del Sur, Kate ha vivido la soledad y el reto de enfrentarse a un...

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