STATE OF THE ART / Ver películas es como buscar un tesoro oculto

AutorDavid Pogue

¿Han oído hablar del joyero que abrió una tienda, pero no aceptaba efectivo, cheques ni tarjetas de crédito?

¿O del chef que abrió un restaurante en un edificio sin chiste, sin ventanas ni letreros, y decidió no anunciarse ni avisarle a nadie?

Luego está la ferretería que se negaba a manejar herramientas, materiales para construcción o ningún otro tipo de instrumental.

Sé que piensan que perdí la razón. Sin embargo, ese tipo de enfoque de "decididos a no vender" es exactamente la mentalidad que tiene la industria del cine.

No me estoy quejando de la absurda ventana de 24 horas para poder ver una película en servicios digitales de videos pagados. (Digo, me quejo de ello a cada rato, pero la diatriba de hoy es diferente).

Lo que me deja alucinado son todas las películas que no se pueden ver en streaming o descargarse. Le pedí a mis seguidores en Twitter que proporcionaran los nombres de películas que no han podido encontrar en línea en lo absoluto.

Sus respuestas: la trilogía original de Star Wars. Las primeras tres películas de Indiana Jones, La Loca Historia del Mundo, Un Día de Suerte, A Thousand Clowns, El Árbitro, Come Back to the Five and Dime, Jimmy Dean, The Cannonball Run, London After Midnight, El Diario de Bridget Jones, Aguirre, la Ira de Dios, Rescatando al Soldado Ryan.

Y grandes películas, aunque menos conocidas, como Hasta el Fin del Mundo, Primer, The Day The Clown Cried de Jerry Lewis, Hearts of Darkness, Meet the Feebles, Westward The Women (estelarizada por Robert Taylor), El Hombre que Cayó a la Tierra, The Fall of the House of Usher con Vincent Price, Twice Upon a Time, Dreamchild.

¿No quieren ganar dinero o qué pasa?

De hecho, ahora tengo una segunda diatriba. ¿Saben lo difícil que fue averiguar si está...

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