Venía a comprar un perro

AutorSalvador Villarreal

Madison T. Rutherford eligió a México como parte de su coartada al planear su muerte para cobrar millonarios seguros... y casi lo consiguió, aunque no contaba con la sagacidad de los detectives privados estadounidenses.

Según los datos hasta ahora recabados, la coartada del estadounidense, preso ahora en Boston enfrentando una acusación de fraude, viajó a Texas para vender un raro y exótico perro de origen brasileño, y seguiría con su amigo Thomas Pietrini hasta México para comprar otro perro.

De acuerdo a reportes periodísticos recabados de periódicos estadounidenses, Rutherford y su esposa eran fanáticos a los animales.

En su domicilio de Bethel, en Connecticut, según entrevistas hechas a vecinos, la pareja tenía gatos y gallinas que corrían libremente por el jardín.

Los investigadores descubrieron que Rutherford vino en julio de 1998 a México para conseguir otro perro, pero no se había establecido si lo haría en Monterrey o en algún lugar cercano a la ciudad.

Pero la situación fue muy bien aprovechada por el estadounidense para simular su muerte, y de que las autoridades locales dieran en un plazo muy corto y con pocas...

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