A la vanguardia

AutorJuan Carlos García

ENVIADO

ÁMSTERDAM.- Edificios de formas caprichosas, que asemejan esculturas en gran formato, y construcciones con trazos rectos y colores contrastantes abundan en Ámsterdam, una de las ciudades más vanguardistas de Europa en lo que a diseño y arquitectura se refiere.

Hay que rebasar los clichés turísticos de la capital de los Países Bajos, como los canales y su Distrito Rojo, para encontrar las razones de esta buena reputación. De norte a sur y de oriente a poniente, Ámsterdam está salpicada de lo mejor de la arquitectura contemporánea, como el Muziekgebouw aan 't IJ (comúnmente llamado Museo de la Música), de la firma danesa 3XN, inaugurado en 2005, o el centro de ciencias NEMO, de Renzo Piano, que funciona desde 1997.

Se percibe aquí un urbanismo bien encaminado, por ejemplo en el barrio Ijburg, con casas, departamentos y condominios construidos sobre el agua, que fue concluido en 2015. Tuvo que pasar medio siglo para que la idea, esbozada por los arquitectos Van de Broek y Bakema, llegara a buen puerto.

Todos los detalles, desde la autorización gubernamental

hasta la definición de los cimientos óptimos para los canales, fueron cuidadosamente planeados para lograr la convivencia amigable entre el ser humano y la naturaleza.

Incluso con prisa (y, mejor, sin ella), el viajero debe reparar en escaleras, corredores o puentes, como el de Pythonbrug, creación de Adriaan Geuze, del estudio West 8, que conecta los muelles de Sporenburg y Borneo imitando a una pitón en movimiento.

Todas estas construcciones son testimonio de conceptos urbanísticos de los que han hablado diseñadores o arquitectos como Stefan Sagmeister o Frank Gehry. Para este último, los proyectos deben crear experiencias, al tiempo que resuelven necesidades e integran de manera creativa medioambiente y ciudad.

El urbanismo exitoso involucra en su gestación a diferentes profesionales, desde paisajistas y sociólogos hasta filósofos.

La influencia del gurú holandés Rem Koolhaas, ganador del Premio Pritzker en 2000, se aprecia en diversas áreas de la ciudad, lo mismo en carteles y graffitis que en casas y multifamiliares. Su gusto por las formas traslúcidas, las siluetas que rompen los esquemas tradicionales o la escasa ornamentación late en lugares como los apartamentos Parkrand, de la firma MVRDV, o el restaurante Open, construido en un muelle abandonado a partir de un diseño de Architekten Cie. Incluso en el mapa de la ciudad en...

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