Vancouver a la carta

AutorPatricia Miranda

Es una de las grandes joyas de la Columbia Británica. Suele tener muchos días de lluvia. Tantos que, incluso, algunos le han dado llamar "raincouver". Nada que impida a lugareños y visitantes salir a disfrutar de las grandes ofertas culturales y recreativas que ofrece.

Podría decirse también que Vancouver es un destino four seasons. Sin importar si reina la primavera, el verano, el otoño o el invierno siempre hay algo en qué entretenerse. Quizá convenga iniciar un paseo por Gastown, el barrio más antiguo de la ciudad. Además de andar por calles adoquinadas, el viajero hallará varios escaparates para practicar el tan socorrido window shopping, pues hay desde boutiques que proponen diseños confeccionados con telas que han recibido tratamientos ecológicos, hasta zapaterías que parecen vender pares de colección. Irresistible es sacar la tarjeta de crédito en clásicos como John Fluevog, por ejemplo.

Otro imperdible en este barrio es sacarse una foto junto al reloj de vapor que se encuentra en el número 305 de Water Street, todo un ícono de la ciudad. El área presume un vibrante ambiente nocturno, pero quien lo recorra por la mañana o por la tarde noche no debe desperdiciar la oportunidad de pasar por Milano Coffee para catar una bebida. Los vancuveritas consideran que este firma, que tiene una sucursal en el número 36 de Powell Street, como la "Catedral del Espresso".

También vale la pena darse una vuelta por el barrio Yaletown, por el Distrito Financiero y por el Parque Stanley. Los lugareños tienen la sana costumbre de ejercitarse. Así que no es raro ver que, tras salir de su trabajo, cambien los mocasines por tenis para correr. O bien, monten una bicicleta. La ciudad está perfectamente trazada para usar este medio de transporte.

Cabe señalar que hay todo un plan para que en 2020 Vancouver sea la ciudad más verde del mundo; procurando justo, la movilidad en transporte público y uso de bicicleta, la edificación sustentable y el mejoramiento del sistema de alimentación, entre otras aristas.

Otro de los grandes atractivos que merece una visita es Granville Island. La isla, que estrictamente es una península, está cruzando False Creek y es posible arribar hasta ahí en taxi acuático, ferry o un autobús de la ruta 50.

Otrora zona industrial, hoy alberga galerías de arte, talleres artesanales, tiendas de estambres y telas, espacios donde se desarrollan artes escénicas, una papelería que enloquece a los coleccionistas de papeles con diversos diseños y...

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