Van por soluciones biomédicas
| Autor | Jorge Alberto García |
Para resolver problemas de tipo biomédico es necesario romper fronteras y agrupar los conocimientos de diferentes disciplinas para crear nuevos conceptos.
Bajo esta premisa operan la maestría y el doctorado en Ingeniería y Física Biomédica que se imparten en el Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados) Unidad Monterrey del Instituto Politécnico Nacional.
Y es que la versatilidad del diseño de su plan de estudios se ve reflejada en la apertura que tiene en la procedencia académica de sus alumnos: matemáticos, físicos, biólogos, químicos, ingenieros y hasta médicos.
Daniel Sánchez Herrera, secretario académico de la institución, expresa que esta interdisciplinariedad lo hace probablemente el único posgrado en su tipo en México.
"Esta diseñado específicamente de esta manera: hemos buscado profesores de diferentes áreas para que puedan trabajar en sus laboratorios y usen las técnicas que cada uno domina para asesorar a los alumnos.
"Aquí vienen biólogos buscando lo físico o lo matemático y viceversa, vienen con conocimientos en un área y aquí los complementan al aprender la contraparte", afirma el coordinador de ambos programas académicos.
Esta diversidad, agrega Sánchez Herrera, tiene como objetivo formar investigadores enfocados a la solución de problemas biológicos, empleando los métodos de la ingeniería y la física.
"La idea es incorporar conocimientos de diferentes disciplinas, como la física y las ingenierías, pero también de la biología y la medicina, para resolver problemas de ámbito biomédico.
"Hacemos ciencia básica, pero buscamos el desarrollo de técnicas y de instrumentación para estudios de biología y biomedicina", dice Sánchez Herrera.
Esta confluencia de disciplinas es su principal ventaja sobre otros programas académicos, dice, ya que este choque de ideas ocurre bajo un mismo techo.
"Hay otros posgrados que se han ido desarrollando así por necesidad, pero no de una manera explicita como nosotros lo hemos hecho", afirma el investigador.
La maestría dura dos años y arrancó en el 2006 con dos estudiantes, mientras que el doctorado empezó a ofrecerse en el 2010 y tiene una duración de cuatro años. Surge con el objetivo de ampliar y concretar investigaciones.
El programa de maestría está a punto de arrancar su octava generación y se busca que al menos la mitad de sus alumnos ingresen al doctorado para concluir su formación como científicos, señala Sánchez Herrera.
"El estudiante sale del posgrado con un conocimiento...
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