Trabajan en condición de igualdad

AutorLuis Alegre

EL NORTE / México

MEXICO.- Ellas -más de un millón de mujeres trabajadoras al servicio del Estado- tienen un paquete de prestaciones que consideran más importante que su propio sueldo. Y es que esas prestaciones son las que les permiten seguir trabajando y no tener que decidir entre su familia y el empleo.

Araceli y Casandra llegaron hace más de tres lustros a trabajar para el Estado. La primera a la SEP y la segunda en Gobernación. Cuando empezaban tenían mayor disponibilidad para adaptarse a los horarios. Cuando se volvieron madres se acogieron a los beneficios que implica trabajar para el Estado: 90 días para atender su embarazo, horas de lactancia y la posibilidad de incapacitarse si sus hijos están enfermos, además de la atención médica gratuita en el ISSSTE.

Luego, pudieron llevar a sus hijos a las guarderías, acceder a créditos hipotecarios y personales, así como recurrir a los días económicos que les otorga el sindicato para entonces resolver los pendientes en la educación y atención de sus pequeños. Y siguieron trabajando.

Esa es la diferencia, dice Rocío Huerta, Secretaría Técnica de la Comisión de Programas de Equidad y Género del ISSSTE. "En los setentas, las mujeres al servicio del Estado se embarazaban o se casaban y dejaban de trabajar, ahora se quedan con el empleo y atienden a su familia".

Pero ser madres implica sacrificar de alguna manera su desarrollo profesional. Araceli, analista de Información, por ejemplo, prefiere mantener su horario de 9 a 15 horas y poder así reunirse temprano con sus dos hijos, aunque eso implique que su sueldo no pase de 3 mil pesos. Sus compañeros trabajan más y ganan más.

Casandra es coordinadora académica de una Escuela Secundaria Técnica. Gana 11 mil pesos al mes. Durante más de 15 años su currículum fue ampliándose con cursos y capacitaciones. Cuando nació su hija sus prioridades cambiaron. La niña es primero. Ahora le preocupa más saber quién cuidará a su pequeña que cuándo es el próximo curso. Por ahora, sus aspiraciones de ser directora de un plantel se postergaron.

En realidad hay pocas mujeres directoras: de 119 direcciones de este tipo de escuelas, sólo 8 no son ocupadas por hombres.

"Ciertamente hay un desequilibrio evidente en los puestos de mando", señala Rocío Huerta del ISSSTE, donde 7 de cada 10 puestos de mando está en manos de hombres. Las mujeres, asevera, enfrentan barreras sociales y familiares que les impiden el acceso a las oportunidades de ascender. Y los hombres...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR