El Informe Oppenheimer/ Toledo, el candidato opositor peruano, se juega el todo por el todo

AutorAndrés Oppenheimer

En su primera entrevista tras la primera ronda electoral del 9 de abril, el candidato opositor peruano Alejandro Toledo me aseguró tener una misión: frenar el peligroso aumento de regímenes populistas autoritarios en América Latina.

Toledo, un centrista pro libre mercado que se convirtió en noticia al forzar al Presidente peruano, Alberto Fujimori, a una segunda vuelta electoral, declaró que viajará a Washington D.C., Europa y tres países de Sudamérica en las próximas semanas en busca de apoyo para condiciones más equitativas en la nueva elección, que podría ser decisiva para el futuro de la democracia en la región.

Me encontré con Toledo y su mujer, una antropóloga nacida en Bélgica, en los cayos de la Florida. La pareja se había tomado unos días de descanso en Semana Santa en un lugar alejado del mundanal ruido, en una casa frente al mar que unos amigos le habían alquilado a dos horas de Miami. Cuando entré en la casa, estaban solos, tomando sol en la piscina, con varios faxes a sus pies. Minutos después, Toledo preparaba café para los tres.

El líder opositor, un economista de origen indígena que obtuvo su doctorado en la Universidad de Stanford y enseñó en Harvard, afirmó que está enfrentando un dilema sobre si presentarse en la contienda o retirarse si Fujimori no permite condiciones más justas en la segunda ronda electoral, programada para fines de mayo o principios de junio.

Los observadores internacionales, incluida la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), coinciden en que el Gobierno de Fujimori no permitió condiciones básicas para una contienda justa durante la primera vuelta.

"La posición es firme de no participar en las mismas condiciones de la primera vuelta", me aseguró Toledo. "Fue terrible. No tuvimos siquiera el 1.5 por ciento del acceso a la televisión abierta que tuvo Fujimori. ¿Cómo se puede competir así?". Toledo indicó que tomaría ayer la decisión, día en que vencía el plazo dado por la misión de la OEA para que el Gobierno dé muestras de permitir una contienda limpia.

Entre otras cosas, los observadores internacionales exigen igualdad de acceso a los medios, que a Toledo le sea permitido comprar avisos en televisión a precios de mercado y cambios en la organización gubernamental que contabiliza los votos.

Si Toledo se retira podría crear un vacío de poder en Perú, ya que el mandato de Fujimori termina el 28 de julio. Por supuesto, Fujimori podría realizar las elecciones de todas maneras, pero no...

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