Toda una fiera

AutorMarco Castillo

Fue la loba mayor, la reina de la manada, la tuerta maldita y se le podrían añadir otros sobrenombres gracias a la magia de un solo personaje. María Rubio fue villana por excelencia.

¡Maldita, mil veces maldita! La frase célebre a la que recurrieron muchas antagonistas del melodrama no podría ser pronunciada por alguien mejor y que además de brillar en Cuna de Lobos figuró en grandes clásicos.

Jamás destacó como dama joven y menos como heroína desvalida, al menos no en un producto que la proyectara como lo hizo Catalina Creel, el personaje creado por Carlos Olmos, quien se inspiró en alguno gestos de Bette Davis en la cinta El Aniversario (1968), de donde además tomó el parche que combinaba con su indumentaria.

La matriarca de los Larios también tiene referencias de Catalina de Médicis, Reina de Francia del siglo 16, amante del poder y el veneno.

Las mismas felonías cometidas por las dos mujeres de épocas pasadas, las mejoró María Rubio, quien marcó un hito e inventó una nueva manera de cometer crímenes.

Frases célebres como "Vilma, eres más estéril de una piedra", quedaron en la memoria del colectivo que a la fecha no deja de repetirlas.

Y las humillaciones hacia la heroína Leonora (Diana Bracho) la volvieron una sociópata creativa que usaba a su conveniencia los textos bíblicos, como el referido en el Cantar de los Cantares: "Las pequeñas zorras acaban destruyendo los viñedos del Señor".

Para crear esta mente maquiavélica, Rubio ya había tejido una serie de interpretaciones antes de dar el gran golpe. Tuvo intervenciones en cine, pero ninguna que igualara sus creaciones para televisión.

Contó con la suerte de estar en telenovelas setenteras que gustaron a la audiencia y en las que, sin ser antagonista central, llamó la atención por sus dotes interpretativas.

Así se hizo notar en la histórica La Constitución (1970), y en los tres grandes éxitos con Angélica María de esa década: Muchacha Italiana Viene a Casarse (1971), Ana del Aire (1974) y El Milagro de Vivir (1975).

Pero sus primeras acciones como suegra maldita y madre posesiva las cometió en Rina (1977), donde Ofelia Medina fue su víctima central.

Aceptó también otras mujeres sumisas, en Colorina (1980) y El Derecho de Nacer (1981).

Tú Eres mi Destino y Abandonada fueron dos trabajos de principios de los 80 antes de la cereza del pastel: Cuna de Lobos con la que, después de paralizar a todo México y ser la mujer más odiada... y temida, decidió alejarse del género.

Se dijo que Rubio ya...

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