Tlaxcala: Embellecen monumentos a la antigua capital

AutorLuis Romo Cedano

Hay dos Tlaxcalas y una de ellas es la del Centro Histórico, la vieja ciudad sede del Gobierno estatal.

Sus monumentos y rincones interesantes son mucho más numerosos de lo que sus dimensiones relativamente reducidas sugieren.

Los múltiples sitios de interés empiezan precisamente en la Plaza de la Constitución, su centro geográfico, engalanada por un simpático quiosco decimonónico, y altos y frondosos fresnos.

Alrededor, casi todos los edificios tienen una larga historia qué mostrar a través de su arquitectura.

Está la antigua Capilla Real de Indios, restaurada hace cerca de 20 años y que aún conserva en su exterior dos hermosos bajorrelieves del Siglo 16 con los escudos del Emperador Carlos I de España (y V de Alemania), así como una imponente iglesia, la Parroquia de San José, proyectada en el Siglo 17 como catedral, y que hoy cobija ricos lienzos y piezas escultóricas en su interior.

El costado norte de la plaza está ocupado por el ancho Palacio de Gobierno, que tras diferentes intervenciones arquitectónicas desde el Siglo 18 reúne lo que fueron el Cabildo de Indios (la sede del Gobierno de los tlaxcaltecas durante los primeros siglos del Virreinato) y las Casas Reales (donde se hospedaban los virreyes a su paso rumbo a la Ciudad de México).

En su interior se encuentra el famoso mural titulado "Historia de Tlaxcala y su contribución a lo mexicano", que describe con gran detalle el mundo de los antiguos señoríos tlaxcaltecas.

Esta obra, ejecutada sobre 450 metros cuadrados de superficie por el pintor tlaxcalteca Desiderio Hernández Xochitiotzin es, sin duda, una de las muestras más vivaces y coloridas del muralismo mexicano del Siglo 20.

Una cuadra al sur de la Plaza de la Constitución se abre la Plaza Xicohténcatl que conduce hacia el antiguo convento franciscano de Nuestra Señora de la Asunción; su claustro es hoy el Museo Regional, y su iglesia, la Catedral.

En seguida están una capilla posa y una magnífica capilla abierta. Junto a su solitaria torre del campanario se extiende más abajo la plaza de toros, edificación del Siglo 18 que para muchos es la más bonita del mundo.

Y los sitios de interés no paran ahí. Varias iglesias más, aparte de museos y otros edificios civiles se agregan a la lista.

La otra Tlaxcala es la periférica, la de sus antiguos barrios y pueblos cercanos; y es quizá más atractiva que la primera.

Esta otra Tlaxcala comienza, por supuesto, en la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán, un santuario que hace cuatro...

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