Su tarea es vencer la adversidad

AutorJessica Castañeda y Daniel Santiago

Más que una tarea para resolver en casa, estos maestros dan todos los días a sus estudiantes nuevas formas de abrir las puertas a un futuro mejor.

Hoy en el Día del Maestro, estos docentes, que trabajan en zonas conflictivas o de escasos recursos, con alumnos, en muchos casos, con problemas de autoestima o agresión, señalan cómo le hacen para que sus jóvenes estudiantes puedan ser mañana mejores adultos.

Fortalece la autoestima

Cuando muchos maestros prefieren huirle a la edad difícil de los niños, la adolescencia, Olivia Martínez Mendoza es la que busca.

"Ellos te platican tantas cosas de sus problemas y su vida familiar y ves todo lo que ellos traen dentro. Cuando te dejas querer, ellos también lo hacen y entonces puedes ayudarles", dice la maestra de quinto año de la Escuela Guadalupe, en el Centro de San Pedro.

Con 15 años en el magisterio, la maestra Olivia dice que para resolver un problema de indisciplina, no siempre funcionan los castigos y los regaños, de hecho, ésa dejó de ser su táctica.

"Sabemos que detrás de cada niño con un problema de disciplina hay una historia familiar, entonces, siempre me ha gustado involucrarme en esta cuestión para poder así ayudar al alumno", comenta mientras sostiene en su mano izquierda una pluma con tinta roja.

Entonces, a los que tienen problemas de conducta, esos que tratan de llamar la atención, les pegan a sus compañeros o se la pasan haciendo maldades, les pide favores, los manda a hacer cosas para ella y los va involucrando hasta que bajan la guardia.

"Hace 6 años un alumno venía reprobado por conducta y fue un reto grande para mí, pues tuve que cambiar la técnica para hacerlo sentir útil y subir su autoestima", comentó.

"Un alumno con baja autoestima se queda estancado en las clases y cuando uno eleva la autoestima, tiene la base para que haya un mejor aprendizaje".

Su reto es detener la deserción

En una de las zonas más marginadas de la Ciudad, Fernando Valdés Castro no se enfrenta a chicos pandilleros o irrespetuosos, sino con la frustración que genera la deserción escolar por falta de dinero.

Al platicar con sus alumnos de los últimos semestres, el profesor de la preparatoria técnica Emiliano Zapata, en el sector Tierra y Libertad, al norponiente de Monterrey, se encuentra con que, para muchos, la necesidad de trabajar es más fuerte que la de estudiar.

"Es frustrante cuando escuchas que muchos de ellos ya no continuarán porque sus papás ya no los van a apoyar o porque tienen que trabajar...

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