La 'tacleada' de su vida

AutorSebastián Moreno

Acostumbrado al golpeo directo desde su posición como apoyador en los Leones de la Universidad Metropolitana, Ricardo Rivelino Medina se estremeció al escuchar la confirmación médica: a sus 22 años padecía cáncer testicular.

Era septiembre del 2007 y la batalla más importante en su vida comenzaba a gestarse, y sería fuera de los emparrillados.

"Escuchas cáncer y piensas en muerte, claro que estaba ca... de miedo, pero me armé de valor; si algo te enseña el americano es no dejarte vencer, y yo voy a pelear por vivir. Si en el campo debes ser un guerrero, en tu vida más", recuerda que pensó Medina.

La noticia de su padecimiento conmocionó el campamento de los Leones, y aún con el diagnóstico, "El Coyote", como todos lo conocen, alcanzó a jugar dos partidos. En el último de ellos le arrancó el ovoide a un enemigo de los Lobos de la UAC para depositarlo en las diagonales rivales.

Los Leones rompieron en llanto. Medina también, pues sabía que podía haber sido el último juego de su vida.

Sus coaches le ofrecieron darlo de baja en el roster para que ese año no le contara en su elegibilidad, pero éste se opuso tajantemente.

"Si me voy a morir quiero que sea como jugador de futbol americano", recuerda Roberto Pérez, coach en jefe en ese entonces, que le dijo su pupilo.

Aún con los estragos de la quimioterapia, "El Coyote" era parte de los Leones, sin jugar. Cuando salían de la Ciudad, los coaches le marcaban por teléfono y lo ponían en altavoz antes del juego para que los motivara a distancia.

"Es un líder, les hablaba y el equipo salía como poseído a jugar", dice Homero Lozano, actual coach en jefe de la Metro.

Su robusto cuerpo comenzó a perder peso, cabello y cejas se le habían caído, pero en los juegos de locales siempre estaba en la banda con su...

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