Sugieren dos estrategias para competir con China

AutorFrancisco Benavides

Desde una perspectiva global, tanto la estrategia comercial china, como la mexicana, han funcionado y sus economías están cada vez mejor posicionadas en el tablero de los mercados internacionales.

Sin embargo, ambos procesos son opuestos entre sí, y la ganancia de uno representará la pérdida del otro, lo que pone en peligro diversos sectores nacionales, advierte el investigador del ITESM, Víctor López Villafañe.

Para defenderse mejor del "enemigo", considera el catedrático, la clave es entender cómo se gestó el modelo de desarrollo chino y cómo el mexicano, para luego, identificar sus respectivas fortalezas y debilidades.

Tras 150 años de intervencionismo extranjero, guerras internas e invasiones en 1949, el Partido Comunista instauró la República Popular China y comenzó un régimen político centralizado, de partido único y con economía planificada y cerrada al exterior.

"Aunque hubo estrategias contraproducentes, este centralismo sí logró estandarizar la vida de los millones de chinos de este territorio, los ingresos, la educación, las oportunidades en general fueron para todos", explica el economista.

"Se fomentó la industria pesada, algunos sectores estratégicos, pero sobre todo la autosuficiencia, es decir, China no necesitó en términos prácticos al exterior para autoabastecerse".

Pero a partir de 1978, la clase gobernante implementó una serie de políticas económicas que favorecerían la apertura comercial y la atracción de capitales, con la finalidad de consolidarse como una superpotencia en el siglo XXI.

La apertura ha sido paulatina y controlada, dice, pero con fabulosas ventajas para los inversionistas.

Los chinos saben la amenaza que representa su economía para las naciones basadas en mano de obra barata y lo atractivo que resulta su mercado para los inversionistas, agrega.

"Pero aparte de eso, China utiliza una estrategia de transmisión de know-how, de tecnología, es decir, favorece la entrada de empresas con la condición de que capaciten a otras similares locales en el ramo", asegura.

"Lo que México no puede hacer ni con el TLC (de Norteamérica), pues hay una cláusula que marca que México no puede exigir la trasmisión de capacidad tecnológica".

Tras la Revolución Mexicana, explica, en el País también se instaló un partido único que en su momento no tuvo la visión de preparar a la nación a una competencia externa.

El modelo económico mexicano de crecimiento...

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