Sugerencias del gourmet / Su sabor compensa

AutorG.L. Othón

Hablar de un restaurante establecido desde 1950 despierta no solo interés o admiración, hasta se le puede tener fe, como dice el Santa Fe, un local espacioso, pulcro y elegante allá en la carretera a Miguel Alemán, en Apodaca. ¿Será santa esa fe?

No es nada grato emitir una crítica negativa a un lugar con tanta tradición, pero percibir en un vaso el mínimo rastro de chuquía es pasar por alto un alfiler clavado en la nariz. Igualmente, los dedos nunca deben tocar la bebida, y así nos pasó con el caballito de ABC que pedimos, peor cuando el rastro que dejan es de Bailey's, pues hace que la textura sea pegajosa.

¿Qué hacen los grandes restaurantes en estos momentos incómodos? Pues suben sus atenciones al doble, el capitán de meseros toma el timón y con mano firme compone el rumbo de la nave.

Llegan de inmediato tres salsas de antología, una en molcajete, frijoles con veneno (donde nacieron), todo en bella loza tradicional, una hasta con chiles piquines verdes.

Se adelanta la carta de vinos preparada bajo la firma de Vinoteca y el capitán mismo usa perfecta etiqueta para descorchar y servir un Malbec argentino.

La entrada sugerida fue el queso fresco al piquín, servido sobre hoja de plátano y consentido por buena parrilla, muy grato, pues el picor no es alto y el queso era artesanal, de muy agradable textura al que envolvimos en tortilla recién hecha.

Y no nos íbamos a perder la tablita de Porter House, uno de los sellos de la casa. Llega en término excelente, en elegante plancha entre hierbas finas y sal de grano; no olvides pedir guarniciones (son aparte) para hacerlo todavía mejor.

La hamburguesa de rib eye también deleitó, al igual que el costillar de puerco que trae un adobo muy atractivo hecho en casa, nos gustó que no quedó reseco ni porque lo pedimos bien cocido y pocas veces hemos degustado un caldo tlalpeño tan bien preparado, más porque nos llevaron quesillo, aguacate y un aliño de chiles aparte.

También solicitamos un filete de huachinango, en generosa cantidad, elegimos el zarandeado y nos gustó mucho su adobo pues presentó notas interesantes de picor que se llevaron excelente con el jugoso filete. Los...

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