Sugerencias del gourmet / Un placer escondido

AutorG.L. Othón

Hace días, Ivry Gitlis, violinista virtuoso y el primer músico clásico en grabar con los Beatles y los Rolling Stones, declaró -a sus 96 años- a TV5Monde Francia "Jóvenes, abran sus oídos y cierren los ojos, así apreciarán en verdad la música sin apariencias".

Reflexionando en no dejarnos guiar por apariencias, nos entró nostalgia de regresar a un lugar que en el 2016 nos enseñó a "mirar de otra forma" a un restaurante, atendiendo al sabor. Nos referimos a El Guayabo, en la Colonia Villa Española, en Guadalupe.

Dale preferencia al horario diurno. El lugar es una casa que no tiene aire acondicionado. Al acercarte pudieras creer que estás perdido, pues está algo escondido...

Pero al llegar encontrarás a los chefs bien ataviados, sobre todo a Rubén Quiroz; su parrilla, bowl y sitio de trabajo, limpios y organizados; todos los ventiladores con sistema de brisa por aspersión. Si hay lugar, instálate en el corredor, en las bancas largas. En pleno calor canicular no tuvimos incomodidad por clima.

Del menú empezamos pidiendo el Molcajete Guayabo.

Toda la "vista" que uno espera de espacios, mobiliario y decoración del local la aplican por completo a donde más nos gusta: en el platillo, que trae ceviche de pescado, camarón y pulpo, pico de gallo con fresco apio y un sazonado genial rematado por un penacho de germinado y un aguacate en abanico al ajonjolí que resulta espectacular.

Tan impactante inicio es una provocación a acabarse todo el menú, y sin tardanza pedimos la especialidad del Arroz Fat Bastard, ¡un completo acierto!

El arroz frito es suculento, tiene toques dulzones, pero muy bien balanceados por pinceladas picositas, cero apelmazado (señal de oficio en la temperatura del bowl), sus vegetales en fino corte con esmero gourmet, camarones, panceta, y el toque magistral: una brocheta de pulpo, camarones y ¡aguacate tempura! Un manjar para disfrutarlo.

También pedimos el Arroz Pork Belly, de nuevo en esmerada presentación y tan generosa cantidad como el Fat Bastard. Vegetales de elegante corte, cuatro tiras grandes de panceta, un huevo frito encima y adorno de cebollín, para un platillo redondo.

En el papel no nos convencía, pero pedimos la Chimichanga Campechana, y otra vez la creatividad brilló: llega en plato de mimbre negro, en dos cortes, sentada en germinado y adorno de aderezos de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR