Sugerencias del gourmet / De mágico sabor

AutorG.L. Othón

El espíritu mochilero de mi hija le ha permitido conocer lugares lejanos, por lo que se ha relacionado con muchos viajeros de distintos continentes.

Uno de sus amigos, quien estuvo de paso por nuestra ciudad y se hospedó en un hostal, esos albergues juveniles de bajo costo, con espacios comunes o compartidos, nos invitó a desayunar, precisamente, al lugar donde llegó.

Nos trasladamos a La Casa del Barrio, situada en el Barrio Antiguo, cuya especialidad son los waffles. Mi mujer, al escuchar esta palabra, se nos unió, dejando a un lado su refinamiento.

El lugar es sencillo: una casa antigua que aún conserva el piso de pasta y otros detalles. Al entrar está la recepción y a mano derecha hay un comedor que sirve de salón de clases, pues dan lecciones de español a extranjeros y organizan recorridos por la entidad.

Nosotros decidimos esperar y sentarnos en el patio central, que no es tan grande y tiene vista a la cocina.

No esperen lujos: las sillas son de lámina, al igual que las mesas, que están cubiertas por manteles de plástico. El mobiliario del comedor interior sí es de madera. El propietario es José Juan González.

El menú es extenso. Al abrirlo lo primero que encontrarás es la historia de los waffles y la filosofía de La Casa del Barrio.

Para empezar con el desayuno pedimos las bebidas: dos licuados de plátano, uno con Oreo, un jugo de naranja y un café. El primero me resultó sin sabor, como que le faltó más fruta, pero el que llevaba las galletas estaba sabroso; el jugo resultó fresco y el café muy puro, ya que es veracruzano.

De tomar cuentan con más opciones: malteadas, frappés, aguas frescas y tés fríos. Mi esposa quería uno de jazmín, pero no había.

De entre 12 waffles a elegir nos quedamos con el de maní, que es la masa original, una mezcla de harina y huevo, pero con crema de cacahuate y va ligeramente cubierto con Nutella. Lo adornan con crema batida. Como lo describió mi hija, estaba exquisito, pero empalagosísimo.

Mi mujer diseñó su propio waffle, porque también te dan esta opción y de que sea con dos miniwaffles. Sin titubear escogió hasta la masa, la de plátano con nuez, de entre las de manzana-canela, chocolate belga, mora azul, fresa y café.

De toppings hay fruta fresca y en almíbar, además de chongos zamoranos, pasitas, coco rallado, nuez, queso cottage, tocino, jamón, queso crema, crema batida y fruta cristalizada.

Por si estos componentes no han logrado cautivarlos, les pueden añadir jarabes de chocolate, fresa o...

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