Sugerencias del gourmet / Un lugar muy jovial
| Autor | G.L. Othón |
Walt Disney logró crear un emporio en base a su constancia y perseverancia, pero sobre todo a que persiguió sus sueños, aunque muchos lo tacharan de lunático. Él decía: "No duermas para descansar, duerme para soñar. Porque los sueños están para cumplirse".
¡Y cuántos de nosotros hemos perseguido esos sueños! ¡Y se nos han logrado!
Éste es el caso de un joven emprendedor que en su natal Veracruz y únicamente en Semana Santa, en plena playa, abría su negocio llamado La Rumba, en el que llegó a tener 50 mesas y camastros, y vendía clamatos y mariscos, ya que él radicaba en nuestra ciudad al tiempo que terminaba su carrera de licenciado en administración de empresas.
También trabajó en Harmon Hall y llegó hasta el corporativo en el Distrito Federal, en la dirección de recursos humanos. Ya había terminado su maestría en mercadotecnia, pero Hazael Olivier no se sentía satisfecho y añoraba abrir su propio restaurante.
Fue hasta que realizó un viaje a Cuernavaca y vio un establecimiento de nombre La Crudería, que lo inspiraró para emprender su sueño en el ámbito restaurantero.
La Clamatería ya no es un sueño, es una realidad, y a sus 32 años él es el gerente.
El lugar está lleno de juventud, por ello acudí con mis sobrinos para nivelar la edad y disfrutar de su cocina y buena música.
Ellos pidieron micheladas y yo clamato con tequila. Te dan la opción, con un costo adicional por ingrediente, de agregarle chamoy, pepino, apio, mango, miguelito, cacahuate japonés y aceituna; me incliné por los dos últimos.
Para ser exactos, venían cinco aceitunas deshuesadas y siete cacahuates. Pero pudieron haber sido más generosos. De las almejas, que son extras, así como del camarón u ostión, no hay queja.
Al centro pedimos unos nachos que resultaron muy sabrosos, porque además de que les quedan muy crujientes porque los meten al horno, llevan frijoles ranch, tocino, jalapeños y quesos amarillo y gouda; el queso holandés les da un toque muy especial.
Su bar es extenso y atrae la atención de los comensales. Hay martinis, bebidas preparadas y diversas marcas de whisky, tequila, vodka, ron y brandy. Todos los tragos se sirven de 2 onzas.
La decoración es hawaiana y en sus paredes están los tikis, que son distintas imágenes usadas en toda la Polinesia, que representan a dioses, guardianes y espíritus.
Las salsas que ofrecen y que están bien sazonadas son habanera, chipotle, guacamole, catsup y rajas de cebolla morada en escabeche.
Del apartado de tacos solicitamos el...
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