Sugerencias del gourmet / Un japonés consolidado

AutorG.L. Othón

Se dice fácil acercarse a 30 años ininterrumpidos de estar en el gusto regiomontano con un restaurante. Labor de titanes, forjada día a día con una devoción a toda prueba.

Si al número le agregamos que se trata de cocina del Japón, pero en pleno romance con Monterrey gracias a la familia Ohtsuka que allá en Plaza las Villas, en Cumbres Primer Sector, ha forjado la cautivadora historia del Kadan, restaurante japonés.

Por algo será que su espacioso ventanal deja ver, como una bella postal, al Cerro de la Silla.

Conservan sus 10 mesas con plancha, listas y en orden para teppanyaki, así como otras tantas mesas convencionales. Dale preferencia a las primeras para observar el espectáculo de los chefs en el arte de preparar tus platillos a la vista.

Pero antes, nada como comenzar con el Ebi Shitake (seta japonesa muy apreciada que se cultiva sobre ramas de roble en la oscuridad), que viene empanizado y relleno de camarón, lo que hace una entrada memorable en su sencillez y estupenda preparación.

En ese momento nos llegó la grata memoria de la demostración artística de la dueña, Yoko Ohtsuka, y sus movimientos llenos de estética y dominio al preparar su famoso sushi, así que pedimos el menú dedicado a los rollos, niguris, temakis y sashimis.

Seleccionamos el Rollo California, que trae cangrejo y masago (hueva del pez llamado capellán) con pepino y aguacate. La idea es que percibas el hormigueo que el masago produce en la lengua, eso lo hace especial y es una cualidad muy particular que en pocos alimentos se encuentra.

Si quieres una sorpresa de sabor, pide Unallu (anguila) y si tu gusto tiende al dulzor, prepárate para un manjar. La textura es delicada, su sabor único, gourmet, pues la marinan durante horas en salsa de soya y de la misma anguila y luego se las arreglan para pasarla a la parrilla y sentarla en una cama de arroz blanco.

Y faltaba lo mejor: deleitarse con la preparación al momento de dos teppanyakis, el mixto y el de rib eye.

Da gusto cuando alguien domina y disfruta lo que hace, y nuestro hábil chef, de brillante conversación, nos preparó de inicio dos platones de yakimeshi (arroz) frito, uno con salmón y otro mixto de mariscos. Espléndidos en cantidad, hasta para dos personas.

Vale la pena ver la exhibición de desarrollar el teppanyaki, sobre todo al momento...

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